Austria conquista mercados en el mundo del motor gracias a su especialización

Austria conquista mercados en el mundo del motor gracias a su especialización

Austria ha tenido siempre una estrecha relación con el automóvil, como lo atestiguan personajes tan conocidos como Ferdinand Porsche y su nieto, Ferdinand Piëch, quien dirigió la marca alemana Volkswagen.

Hoy el país alpino mantiene, sin embargo, una presencia minoritaria en el sector, pero de alta especialización, y las cifras de producción no son elevadas, salvo en el caso de General Motors, que fabrica motores y cajas de cambio en gran cantidad.

Austria se ha hecho fuerte en nichos de mercado y tecnologías como los todoterrenos, en la que el grupo Magna-Steyr ha recibido encargos de marcas de prestigio, como Mercedes (4MATIC) y BMW con la tracción total para el X3.

Magna-Steyr es una filial de Magna International, un conglomerado de componentes del automóvil que emplea a 102,000 personas en 263 plantas y 26 países, cuyo presidente es Franz Stronach, un austríaco que emigró en 1954 a Canadá, donde hizo fortuna, para regresar después a su patria natal, adquirir Magna-Steyr y diversificar su producción.

Desde 2009, Magna se ocupa, por ejemplo, de la pintura de la carrocería de aluminio del gran deportivo SLS AMG. También fabricó el Saab 9-3 descapotable, hasta el cierre de la marca sueca, y hasta 2007 ensambló el monovolumen Chrysler Voyager para Europa.

Tras producir el Jeep Gran Cherokee para el mercado europeo, Magna se centra ahora en el Aston Martin Rapide, un cuatro puertas de gran lujo de la marca británica, el MINI Countrymann y el Peugeot RCZ, un coupé deportivo destinado a competir con similares germanos.

De su propia cocina Magna-Steyr presentó en el Salón del Automóvil de Fráncfort el prototipo MILA, un deportivo monoplaza propulsado con gas con una velocidad punta de 220 kilómetros por hora, al que siguió otro de la misma familia, el MILA Coupic este año en el Salón de Ginebra.

Más recientemente, Magna-Steyr firmó el 10 de mayo una carta de intenciones con el fabricante japonés Infiniti, la marca de lujo de Nissan, para ensamblar en su sede de Graz, unos 200 kilómetros al sur de Viena, un compacto, que saldrá al mercado en 2014 y cuyas características técnicas no han sido divulgadas aún.

Lo que sí quedó claro en su presentación es que el nuevo vehículo pretende conquistar "nuevos mercados clave en Europa occidental" y que para ello Nissan cuenta con la cooperación de Magna-Steyr.

Se tratará posiblemente de un "crossover" con tracción total de medidas compactas para competir con todoterrenos deportivos como el Volkswagen Tiguan y el Mazda CX-5, recién introducido en Europa.

De Graz también sale el casi histórico Mercedes G, introducido en 1979 en varias carrocerías y pensado para clientes muy exigentes, como las fuerzas armadas de muchos países, que saben reconocer la solidez y polivalencia de este clásico todoterreno.

Su versión más llamativa es la G63 AMG, equipada con un grupo propulsor de 12 cilindros y 612 caballos preparado por AMG, que se vende por unos 330,000 euros y cuenta con todas las opciones disponibles, incluida una pantalla de grandes dimensiones para el GPS.

Ya a gran escala, la planta de la norteamericana General Motors (GM) en Aspern, cerca de Viena, produce motores y cajas de cambios para la subsidiaria alemana Opel, con una plantilla de 1,600 trabajadores.

Estas instalaciones son las mayores de GM para estos dos componentes, con una capacidad de 805,000 motores y 760,000 cajas de cambios de cinco velocidades en sus 600,000 metros cuadrados.

Los motores producidos son de la familia Twinport Ecotec de tres y cuatro cilindros con cilindradas entre 1.3 y 2.2 litros , mientras que las cajas son para vehículos gasolina y diesel de potencia modesta, entre 170 y 190 Nm.

La planta austríaca fue estrenada en 1980 con fuertes subvenciones del gobierno socialdemócrata de Bruno Kreisky, que fueron entonces duramente criticadas por la oposición.

Otra marca austríaca es KTM, mucho más conocida por ser el segundo fabricante europeo de motocicletas, que se adentró en 2008 en el mundo de las cuatro ruedas con un deportivo de pura raza, el KTM X-Box, del que ha ensamblado pocas unidades.

Se trata de un biplaza roadster con carrocería monocasco de fibra de carbono producido en Graz, cerca de Magna-Steyr, con un peso en vació de apenas 800 kilos, que va equipado con un motor Audi TSI de 2 litros y 240 caballos y que se comercializa a un precio antes de impuestos de unos 52,000 euros, pero su aceptación en el mercado ha sido muy modesta.

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