La empresa destacó en un comunicado que la fortaleza de su modelo de negocio integrado (upstream-downstream) le ha permitido minimizar la fuerte caída del precio del petróleo.
El beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios, se situó en 928 millones de euros, lo que supone un aumento del 74 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
"La buena marcha de los negocios de refino y química y la fortaleza del dólar frente al euro compensaron el efecto que en los negocios de exploración y producción tuvo la brusca caída, del 50 por ciento, en el precio del crudo", señala el texto.
La interrupción de la producción en Libia y la caída de los precios lastraron el área de upstream (exploración y producción), que tuvo un resultado negativo de 190 millones de euros (frente a ganancias de 255 millones en el primer trimestre de 2014).
La compañía continúa su actual campaña exploratoria, con buenos resultados y expectativas en Alaska, Rusia y Brasil. El pozo perforado en Pao de Açucar, en el bloque Campos-33 de Brasil, consolida el volumen de recursos certificados de la zona.
El efecto del menor precio del crudo fue parcialmente compensado por el aumento de la producción de hidrocarburos. Repsol incrementó la producción en ocho de los 12 países en los que opera. Destacan los proyectos de Kinteroni (Perú), del campo Sapinhoá (Brasil) y del proyecto Margarita-Huacaya (Bolivia). Como consecuencia, la producción total del grupo aumentó un 3.7 por ciento, hasta los 354,600 barriles equivalentes.
A su vez, el negocio de downstream (refino de petróleo y procesamiento de gas) aumentó su resultado un 84.1 por ciento, hasta los 534 millones de euros.
La deuda financiera neta del grupo se situó al cierre del primer trimestre en 126 millones de euros, lo que supone una reducción de 1,809 millones de euros frente al cierre del ejercicio pasado.
Repsol confirma a su vez en el comunicado que prevé cerrar mañana (viernes) la compra de la petrolera canadiense Talisman Energy tras el cumplimiento de las condiciones necesarias, anunciado el 30 de abril en la Junta General de Accionistas.
La operación, subraya la compañía, "transformará a Repsol en un grupo más grande, más equilibrado desde el punto de vista de composición y localización geográfica de sus activos y con un mejor desarrollo futuro. Tras la adquisición, el Grupo Repsol aumentará notablemente su presencia en países de la OCDE y se situará entre las mayores petroleras privadas del mundo. La producción prácticamente duplicará los niveles actuales, con activos en los cinco continentes".