Los ecologistas, incluida una representación de la tribu maorí, exigen una investigación para comprobar si los animales murieron a causa de los ultrasonidos utilizados en la prospección realizada en nombre de la petrolera brasileña Petrobras.
La federación de Organizaciones para la Conservación y el Medio Ambiente de Nueva Zelanda citó un estudio reciente que demostraba la muerte de calamares, pulpos y sepias debido a los ultrasonidos provocados por unas prospecciones de gas y petróleo en España entre 2001 y 2003.
"Los científicos descubrieron que los órganos que permiten a los calamares, pulpos y sepias equilibrar y dirigir sus movimientos fueron dañados, lo que les impidió alimentarse o moverse y quedaron a merced de sus depredadores", explicó Barry Weeber, copresidente de la federación ecologista.
Una flotilla de los ecologistas han seguido a los barcos que realizan los estudios de prospección en la Isla Norte de Nueva Zelanda desde principios de este mes.
Temen que se produzca un vertido de petróleo como el que ocurrió hace un año en el Golfo de México por un accidente de BP, si Petrobras comienza las perforaciones para extraer los hidrocarburos.