En su análisis semanal, el CEESP apuntó que el plan de negocios de Pemex 2019-2023, presentado el martes pasado por el gobierno, ataca algunas deficiencias de la petrolera en el corto plazo y favorece la estabilización de la producción de combustibles.
"No obstante, la mayoría de analistas ha expresado dudas acerca de la suficiencia del plan para corregir el rumbo de Pemex de manera durable, en el mediano y largo plazos, y poner a la empresa en una trayectoria de rentabilidad y sostenibilidad financiera", sostuvo el CEESP.
"Es necesario poner en marcha un plan para atraer inversión privada de manera más agresiva", indicó.
El CEESP recomendó al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador continuar con la estrategia de "farmouts", las asociaciones entre el sector público con privados para el sector petrolero, con las que el mandatario ha mostrado ciertas reservas.
Las alianzas podrían abrirse a proyectos de aguas someras y profundas, así como campos maduros terrestres y proyectos de fracturación hidráulica, indicó el centro, que depende del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
"Además de proveer el financiamiento necesario, la apertura a la inversión privada abriría la oportunidad de adoptar tecnología moderna que es utilizada por las empresas más avanzadas a nivel global", consideró.
"Con esta estrategia el país y Pemex se beneficiarían de la diversificación del riesgo exploratorio y de elevados niveles de inversión, ya que se extendería a aguas profundas", agregó.
El plan de negocios de Pemex busca elevar la producción mexicana de crudo desde los actuales 1.7 millones de barriles por día a 2.7 millones hacia el final del sexenio de López Obrador, en 2024.
Las cuentas de la petrolera se han deteriorado en los últimos años como resultado de las elevadas y persistentes transferencias de fondos al gobierno mexicano, lo que deriva en una mayor deuda, en medio de un declive de su producción de crudo.