Al presentar su informe financiero, la petrolera estatal atribuyó los resultados a la "parálisis" de la actividad económica global por la crisis de coronavirus y la pérdida cambiaria por la depreciación del peso.
La compañía registró ingresos por un total de 20,277 millones de dólares, lo que representa una caída de 36.4 por ciento frente a la primera mitad del 2019.
Las ventas nacionales cayeron 38.3 por ciento hasta los 11,187 millones de dólares, mientras que las exportaciones disminuyeron 33.7 por ciento al totalizar 8,985 millones de dólares.
En cambio, la producción de crudo promedió los 1.7 millones de barriles diarios durante la primera mitad del año, un incremento del 1.9 por ciento frente a ese periodo de 2019.
Asimismo, la producción de gas natural creció en 0.2 por ciento al situarse en 3,659 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) sin contar el nitrógeno ni la producción de socios.
El rendimiento bruto decreció 58 por ciento hasta los 3,375 millones de dólares, mientras que el rendimiento de operación fue de apenas 27 millones de dólares, 99.5 por ciento menos.
La petrolera precisó que el rendimiento antes de impuestos y derechos (ebitda) tuvo una pérdida 22,744 millones de dólares.
Por otro lado, los pasivos de Pemex, que incluyen deudas de corto y largo plazo, impuestos y derechos, así como pasivos laborales, ascienden a 191,537 millones de dólares, un 12.4 por ciento más respecto al cierre de 2019.
La deuda financiera total de Pemex ascendió a 107,153 millones de dólares, un 24.1 por ciento más que la registrada a finales de 2019.
Segundo trimestre
En contraste, al analizar solo el segundo trimestre de este año, la compañía redujo sus pérdidas netas 16 por ciento hasta los 1,930 millones de dólares frente al resultado también negativo de más de 2,298 millones de dólares de abril a junio del año pasado.
Aun así, los ingresos en el periodo abril-junio de este año sumaron 7,909 millones de dólares, 51.8 por ciento menos respecto al monto reportado en el mismo periodo de 2019.
Estos resultados reflejan el impacto de la emergencia sanitaria por Covid-19.
En el primer trimestre de este año, Pemex había reportado una pérdida neta de 23,913 millones de dólares cuando apenas comenzaba la crisis mundial, un resultado más de quince veces superior a lo que perdió en el mismo lapso de 2019.
Además, México se comprometió con la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados (OPEP+) a recortar su producción en 100,000 barriles diarios en mayo y junio para salvar los precios frente al bajón en la demanda derivado de la pandemia.
Sin embargo, se desmarcó de recortes adicionales, como reafirmó este mes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario izquierdista reiteró hace dos semanas su plan de autosuficiencia en combustibles fósiles para 2023, cuando las seis refinerías actuales y la de Dos Bocas, en construcción, estarán ya operativas para procesar "1.5 millones de barriles diarios o un poco más".
Los resultados de este trimestre reflejan esta crisis internacional del precio del petróleo, pues el 20 de abril la mezcla mexicana se desplomó a -2.37 dólares por barril, un valor negativo sin precedentes.
La mezcla mexicana de exportación promedió los 23.84 dólares por barril de abril a junio, un valor 60.1 por ciento inferior al del mismo trimestre de 2019.
Pemex reportó una pérdida neta de 18,367 millones de dólares en 2019, lo que representó un aumento de 91.8 por ciento frente al resultado negativo de 9,575 millones de dólares en 2018.