Desde 2009 la producción nacional de gas natural cayó en 44 por ciento, de 7,000 millones a 3,900 millones de pies cúbicos diarios, en tanto que se importa más de 85 por ciento, mientras la demanda continúa creciendo en 35 por ciento, refiere en el artículo Las universidades pueden ayudar a AMLO a lograr la independencia energética.
La industria ha reportado un aumento del consumo en 46 por ciento y el sector eléctrico en 64 por ciento, lo cual llevó a que las importaciones de gas natural aumentaran en 400 por ciento en alrededor de 10 años.
Si bien el fortalecimiento de las empresas nacionales: Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX) habilitará el aumento de la producción y el refinamiento de petróleo, así como la modernización en la producción de hidroelectricidad, estas acciones no son suficientes porque aún no se ha mencionado lo que se hará para aumentar la producción de gas natural.
“Sólo se ha dicho que la demanda bajará por la generación de electricidad de las grandes hidroeléctricas, pero si no se construyen más el total producido por ese medio tendrá un límite, además de que el peor enemigo serán las sequías, porque si ocurren las presas no se llenarán, lo cual debe sopesarse debido a que el clima está cambiando y esos pueden ser efectos futuros del calentamiento global”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha ocupado en realidad de diseñar “planes a corto plazo, pero le falta anunciar los prospectivos, que son relevantes si se considera que las tecnologías fósiles serán desechadas en un futuro mayor a 20 años, además no mencionó a los institutos mexicanos de investigación ni a las universidades, ni siquiera a las públicas”.
De igual forma el mandatario ignora los beneficios de la energía nuclear, hace poco énfasis en las energías renovables y se olvida de otros aspectos importantes que apoyarían la reducción de la demanda de combustibles, tales como la mejora de la eficiencia energética o la conservación de la energía.
“Al presentar su plan de refinación dijo que China, Estados Unidos, Colombia, Japón y España producen su propia gasolina, pero no mencionó que a diferencia de México casi todos ellos son generadores de tecnología”, por lo que dicha estrategia debería complementarse con la preparación de nuevo talento científico para lograr la cuarta revolución industrial, es decir, desarrollar automatización, Internet de las cosas e impresión en 3D en favor de la industria energética.
El académico del Departamento de Sistemas de la citada sede universitaria propone impulsar la generación de recursos humanos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, y ahí sólo las instituciones de educación superior podrán ayudar a lograr una meta mucho más ambiciosa: la independencia energética.
Sin crear talento humano el país seguirá en dependencia tecnológica y, por tanto, energética, por lo que “necesitamos jóvenes que se conviertan en científicos y tecnólogos aparte de los que se capaciten en programas como el de Jóvenes construyendo el futuro.