La decisión de entablar negociaciones con los líderes de la oposición local al régimen de Muamar el Gadafi indica que las petroleras han reconocido que no tienen más remedio que respetar la realidad sobre el terreno, añade.
La oposición a Gadafi controla de hecho buena parte de la industria petrolera libia en el este del país, donde se ha hecho fuerte.
Directivos del sector dijeron al periódico británico que ya han comenzado a hablar con líderes tribales y otros dirigentes de la oposición para obtener esas garantías.
El control del sector petrolero es fundamental en la actual batalla entre Gadafi y la oposición a su régimen, agrega el diario.
Antes de que estallara la crisis, se calculaba que el país norteafricano producía 1.6 millones de barriles de petróleo al día.
La producción petrolera libia, que tenía un valor de 5,500 millones de dólares al mes, se ha reducido mientras tanto a la mitad, agrega.
La oposición a Gadafi se ha hecho con el control del mayor yacimiento petrolífero del país, Sarir, en el este, y de varias terminales de exportación, entre ellas las de Tobruk, Bengasi y Zuetina.
El área controlada por la Arabian Gulf Oil Co, que esta semana rompió sus vínculos con su compañía matriz, la estatal National Oil Company of Lybia, extrae normalmente unos 420,000 barriles de crudo al día, pero la producción ha caído a unos 100,000 tras el cierre de varios yacimientos, incluido el de Nafoora.
La región oriental de Libia controlada ahora por la oposición incluye varios yacimientos operados por compañías extranjeras como el de Amal-as Sarah, que explota la alemana Wintershall, o Shateira, explotada a su vez por la multinacional austríaca OMV. Ambos han suspendido la producción, según el periódico.
Sin embargo, según informa el diario, que cita a ejecutivos del sector, Gadafi sigue controlando amplias áreas de la industria petrolera libia, incluidos los yacimientos y terminales en el centro y occidente del país.
Según expertos occidentales, la National Oil Company controla totalmente al menos dos de sus filiales, Sirte Oil, de la que es propietaria al cien por ciento, y Waha Oil, una "joint venture" con las petroleras estadounidenses ConocoPhillips, Marahton y Hess, que han evacuado a su personal.
Los yacimientos en la remota región del suroeste de Libia, operados en su mayoría por la italiana Eni y la española Repsol YPF, siguen controlados por tropas leales a Gadafi, agrega.
Sin embargo, ejecutivos de la industria indican que esos yacimientos están produciendo poco y señalan además que la terminal por la que se exporta su petróleo, la de Zauiya, a unos 40 kilómetros al oeste de Trípoli, está en manos rebeldes.
De las seis principales terminales del país dedicadas a la exportación de petróleo, las fuerzas fieles a Gadafi parecen controlar Ras Lanuf, la segunda en volumen, por la que se exportaron 195,000 barriles al día en enero.
Según algunos analistas, las fuerzas gubernamentales controlan también la mayor terminal libia, Es Sider, por la que pasan 447,000 barriles al día.
La oposición controla al mismo tiempo bastante capacidad exportadora: los rebeldes controlan supuestamente Marsa el-Brega, que exportó 51,000 barriles diarios en enero; Tobruk, también 51,000; Zuetina, 214,000, y Zauiya, otros 199,000 barriles diarios.