En su informe mensual sobre el mercado del petróleo, la AIE calculó que el consumo este año será de una media de 98.5 millones de barriles diarios, 1.2 millones de barriles diarios más que en 2010, que se explican por el tirón de la demanda de los países emergentes. Eso significa 250,000 barriles diarios más de lo que había estimado el pasado año.
Para 2012, el incremento anual será de 1.2 millones de barriles diarios hasta un total de 91 millones, lo que se justifica por la aceleración del crecimiento de la economía mundial hasta el 4.4 por ciento -de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, y se deberá de nuevo a las necesidades en el mundo en desarrollo.
De hecho, la demanda de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y sobre una hipótesis de precios medios de 108 dólares el barril, debería bajar de nuevo en 2012, en ese caso un 0.3 por ciento para quedar en 45.7 millones de barriles diarios, y eso pese a que su Producto Interno Bruto (PIB) suba un 2.6 por ciento como espera el FMI.
Un 30 por ciento del aumento de la demanda mundial de crudo el año próximo será por China, que absorberá 480,000 barriles diarios más que en 2011, un año en el que sus necesidades habrán registrado un alza de 630,000 barriles diarios.
Por lo que respecta a la oferta, en junio aumentó en 1.2 millones de barriles diarios hasta 88,3 millones, gracias a una aportación suplementaria de 800,000 barriles de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aportados casi íntegramente por Arabia Saudita.
En total, el cártel petrolero puso en el mercado el mes pasado una media de 30.03 millones de barriles diarios, pero según la AIE eso sigue siendo insuficiente teniendo en cuenta que la demanda dirigida a la OPEP durante el tercer trimestre va a ser de una media de 31.3 millones, de 30.6 millones en el cuarto y de 30.7 millones en el conjunto de 2012.
Pese a esos problemas a la vista, la agencia consideró "positivo" el impacto de la medida excepcional que tomó el pasado 23 de junio de sacar al mercado 60 millones de barriles de sus reservas estratégicas durante un periodo de 30 días para compensar la pérdida de la producción libia a causa de la guerra en ese país.
El primer efecto de ese dispositivo, que pretendía servir de "puente" hasta que los productores, y en particular la OPEP, pusieran más crudo en el mercado para responder al mayor consumo estacional del tercer trimestre, fue un descenso medio del precio del barril de unos cinco dólares.
Desde entonces los precios han vuelto a subir a los niveles anteriores al recurso a las reservas estratégicas de los países ricos, pero al menos la volatilidad se ha reducido, según la AIE.