Gazprom abonó la suma a la alemana Wintershall, a la italiana Eni y a la francesa EdF en concepto de pago por participaciones en el consorcio energético, que apuntaba a construir un gasoducto para transportar gas ruso a países del sureste europeo.
Según Gazprom, efectuar el pago era parte de los compromisos asumidos, pero la carga de los riesgos deberá ser compartida, destacó.
South Stream pretendía suministrar gas a países del sureste de Europa, pero la Comisión Europea criticaba que la compañía rusa quisiera tanto proveer el gas como gestionar el gasoducto.
En el marco de las disputas por el suministro energético de Rusia a la Unión Europea en 2014, Gazprom decidió a fines del año pasado poner fin al proyecto. El nuevo ducto de Gazprom no se dirigirá a Bulgaria sino a Turquía.