El presidente de Petrobras Biocombustibles, Miguel Rossetto, y el de Galp, Manuel Ferreira de Oliveira, ratificaron hoy en declaraciones a los periodistas el interés de ambas compañías por invertir conjuntamente en la elaboración de combustible a partir del aceite de palma brasileño.
Pero subrayaron la necesidad de que el gobierno portugués tome primero decisiones sobre los impuestos aplicables a la importación del aceite, la normativa sobre porcentajes de incorporación de biocombustibles a los gasóleos y la carga fiscal de los nuevos productos energéticos.
Galp y Petrobras informaron de que su objetivo es producir 260 mil toneladas al año de combustibles vegetales en sus futuras instalaciones en los alrededores del puerto de Sines, a 163 kms. al sur de Lisboa, para abastecer el mercado ibérico.
La materia prima será el aceite extraído en las plantaciones del estado brasileño de Pará donde Rossetto calcula que se generarán 5 mil empleos directos para procesar, en cuatro núcleos industriales, la producción de 50 mil hectáreas.
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El directivo de Petrobras señaló que este proyecto tiene carácter "estratégico" y las inversiones, que están ya en la fase final de evaluación, se realizarán al cincuenta por ciento entre ambas empresas.
La compañía brasileña reconoció su gran interés en refinar los biocombustibles producidos por Brasil en Europa porque confía en la necesidad que tendrá el Viejo Continente de contar con estos productos de base vegetal como alternativa a los de origen mineral.
El presidente de Galp expresó su confianza en que la normativa portuguesa sobre los biocombustibles no genere una carga fiscal que haga "inviable" el proyecto y el gobierno luso se adelante a los planes europeos de introducir en el mercado un 12 por ciento de esos productos antes de 2020.
Los llamados biocombustibles de primera generación están ahora exentos de impuestos, aunque sólo pueden introducirse en los gasóleos en un siete por ciento, mientras los de segunda generación, con una refinación más avanzada que se realizaría en Portugal, no tienen aún un marco impositivo definido.
Ferreira de Olveira subrayó que el proyecto con Petrobras está pendiente de las decisiones que tome el Estado luso en estas cuestiones.
La producción brasileña de aceite de palma podrá abastecer la fábrica lusa a partir de 2015, pero el presidente de Galp recordó que las empresas necesitan conocer el marco normativo para sus inversiones "lo antes posible".
Los presidentes de las dos empresas, que tienen también acuerdos para explotación de petróleo en las aguas brasileñas se produjo la víspera de que se celebre en Lisboa la X Cumbre Luso-Brasileña.
La reunión, que encabezarán el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y el primer ministro de Portugal, José Sócrates, estará centrada en la creciente cooperación y en el intercambio económico bilateral entre los dos países.