En 2013, la mayor empresa estatal del país sudamericano se ubicó en el puesto número 20, y un año antes en el décimo lugar.
La revista coloca a Petrobras como "una de las mayores perdedoras de alto perfil del año", y adjudica su deterioro a "escándalos contables y de corrupción".
De hecho, el balance contable de 2014, divulgado recientemente, indica que la estatal brasileña registró perdidas de unos 7,000 millones de dólares.
De ese valor, unos 2,000 millones fueron ocasionados por los millonarios desvíos de fondos perpetrados por una red ilegal en la que participaron altos funcionarios de la empresa, decenas de políticos y las principales constructoras del país.
Del balance surge, por tanto, que la corrupción sistemática e institucionalizada de la que fue objeto la empresa entre los años 2004 y 2012 es responsable solo en parte por el ocaso de la compañía símbolo del país.
La mayor parte de las pérdidas, las mayores que sufrió la empresa desde 1991, están relacionadas con otros factores, entre otros el alto nivel de endeudamiento, la falta de crédito de la empresa, el alza del dólar y la caída del precio del petróleo.
Además de los millonarios perjuicios financieros, los activos de la estatal se desvalorizaron fuertemente, al pasar de 319,200 millones de dólares en 2014, a los actuales 298,700 millones de dólares.
El valor de mercado, asimismo, cayó de 86,800 a 44,400 millones de dólares.