"Chevron considera que estas acusaciones son ultrajantes y sin fundamento. Una vez que los hechos sean totalmente esclarecidos se demostrará que la empresa y sus empleados respondieron de forma apropiada y responsable al incidente", reza un comunicado de la compañía.
El grupo agregó que "defenderá vigorosamente a la compañía y a sus funcionarios" después de que el Ministerio Público Federal denunciara por la vía penal a 17 empleados de Chevron y de su contratista Transocean, entre los cuales se encuentra el presidente de la petrolera, George Buck.
La semana pasada la Justicia brasileña emitió una orden que impide a la cúpula directiva de Chevron salir del país.
La denuncia formal del Ministerio Público fue presentada hoy ante un juzgado de la ciudad de Campos, que puede aceptarla o rechazarla, y acusa a las dos empresas y a sus 17 dirigentes de delitos contra el medioambiente, falsificación y daño al patrimonio público por un vertido de unos 2,400 barriles de crudo registrado en un bloque a unos 120 kilómetros del litoral de Río de Janeiro.
Sin embargo, el grupo aseguró que "ha colaborado completamente y de forma transparente con todas las autoridades competentes del gobierno brasileño" para esclarecer lo sucedido en el Campo de Frade, la concesión donde ocurrió el derrame, que se encuentra en la mayor cuenca petrolera de Brasil.
Según Chevron, no existe "ninguna prueba técnica" que demuestre conducta "intencional o negligente por parte de Chevron o de sus empleados" en el vertido.
De acuerdo con esta versión, el grupo ejecuta sus operaciones en cumplimiento de las leyes brasileñas y con las "mejores prácticas de la industria, además de cumplir todas las licencias y autorizaciones".
Además, Chevron dijo que el seguimiento del vertido demuestra que no ha habido impacto ambiental para la vida marina, que el crudo no ha alcanzado la costa y que no hay "bases técnicas para suponer que hubo riesgo para la salud humana".
Sobre las nuevas fugas de crudo detectadas la semana pasada en la zona, Chevron aseguró que ambos puntos están a tres kilómetros de distancia y en lados opuestos, por lo que no se puede concluir que estén vinculados.
La firma precisó que el vertido de noviembre se debió a un "kick" o aumento inesperado de la presión durante la perforación de un pozo de evaluación, mientras que las nuevas fugas ocurrieron "cuando no había ninguna perforación en marcha".
Asimismo, Chevron argumenta que las muestras analizadas en el laboratorio indican que el crudo detectado no pertenece a las reservas del Campo de Frade y presenta propiedades químicas diferentes.