Durante los dos últimos días, los rebeldes se han hecho con el control de la industria petrolera libia, incluidos los mayores yacimientos del país en la cuenca de Sirte y las principales terminales costeras.
Un líder de la oposición libia, citado por el diario británico, afirma que Catar ha aceptado vender el crudo libio en los mercados internacionales, aunque el gobierno de ese país árabe no ha confirmado ese extremo.
Según Ali Tarhouni, oficial rebelde encargado de asuntos económicos y petroleros, podrían hacer llegar crudo a los mercados mundiales en cuestión de semanas, señala el periódico.
"Hemos contactado con la compañía petrolera de Catar y afortunadamente aceptaron hacerse cargo de todo el petróleo que queramos exportar", añade Tarhouni al Financial Times.
La comercialización de ese petróleo en beneficio de la oposición significaría una importante fuente de ingresos con la que financiar su campaña militar contra el coronel Muamar Gadafi.
Estados Unidos ha dejado claro que esas ventas no estarían sujetas a las sanciones impuestas a Libia por la comunidad internacional.
Sin embargo, fuentes del Tesoro estadounidense han advertido de que los pagos a la oposición tendrían que realizarse al margen de la Compañía Nacional del Petróleo de Libia, su banco central y otras instituciones del gobierno.
El gobierno catarí está ya suministrando petróleo, diesel y gas para la cocina a las fuerzas rebeldes.
La producción petrolera de Libia ha registrado una fuerte caída desde los niveles de 1.6 millones de barriles diarios antes de la crisis, lo que ha hecho que se dispare el precio en los mercados mundiales y obligado a Arabia Saudita a aumentar su producción para compensar ese descenso.
Según los analistas, los comerciantes occidentales de crudo difícilmente querrán comprarles a los rebeldes hasta que no haya dudas sobre la legalidad de una operación de ese tipo.
Además, algunos de los mayores compradores del petróleo libio, incluidas la italiana ENI, la francesa Total y la española Repsol YPF, tienen operaciones tanto en la zona del este de Libia, controlada por los rebeldes, como en el oeste, aún bajo el poder de Gadafi.