La venta de su participación en la "joint venture" Styrolution permitió a BASF aumentar un 26 por ciento su beneficio del cuarto trimestre hasta los 1,420 millones de euros (1,610 millones de dólares).
En el conjunto del año, el grupo ganó 5,160 millones de euros, un 7.6 por ciento más que en 2013, por lo que aumentó el dividendo por acción en diez céntimos hasta los 2.80 euros. También la facturación anual subió un 0.5 por ciento hasta los 74,320 millones.
Pese a los buenos resultados, la compañía pronosticó que sus cifras se estancarán en 2015, cuando celebra sus 150 años, debido a la incertidumbre en la coyuntura.
"La perspectiva para 2015 sigue sujeta a importantes incertidumbres", dijo el director ejecutivo, Kurt Bock.
"Los precios del petróleo y las materias primas son volátiles, como también las divisas. Los mercados emergentes crecen más lento y la economía global se ve lastrada por conflictos geopolíticos".
En ese contexto, BASF cuenta con un ligero aumento de facturación este año, mientras que los beneficios antes de impuestos, tasas y amortizaciones se mantendrán en el nivel del anterior, cuando se quedaron en los 7,360 millones de euros.
El informe no cayó bien en las Bolsas, donde la acciones de BASF cedieron un tres por ciento por la mañana. Los resultados del cuarto trimestre fueron mejores de lo esperado, explicaron los analistas, pero los objetivos para 2015 decepcionaron a los inversionistas.