Al comparecer ante las Comisiones Unidas de Energía y de Infraestructura, con motivo de la Glosa del Primer Informe de Gobierno, también se refirió al robo de combustible, que calculó en 5,000 barriles diarios, que han provocado graves daños a las finanzas de la empresa.
Detalló que la producción cayó. “En enero de 2019 llegamos a un millón 626,000 barriles, casi 300,00 barriles con relación a enero de 2018. Se cayeron 300,000 barriles en un año”.
“Estimamos que estos nuevos campos ofrecerán una producción adicional, para este año, de 100,000 barriles. Esos mismos 20 nuevos campos, para el 2020, darán producción a diciembre de 2020, de 255,000 barriles de aceite”, agregó.
Subrayó que la estrategia de nuevos campos se va a replicar durante todo el sexenio; año con año se desarrollarán por lo menos 20; es decir, se tienen programados contratos de los próximos 20 del siguiente año.
Refirió que este 2019 Pemex tiene un déficit, pero en 2020 disminuirá de manera importante, y “a partir del tercer año de la administración tendremos un superávit”.
Manifestó que “esperamos que a partir de 2021 y en adelante, la situación de Pemex cambie, principalmente al quitarle la carga fiscal tan brutal y por el incremento de la producción”.
Indicó que de las seis refinerías con las que se cuenta, tres están reconfiguradas para trabajar con crudo pesado, que es el que más produce el país, y las otras tres no están reconfiguradas y consumen crudo ligero.
Explicó que la mayor parte de la caída de la producción de crudo fue de ligeros. “Adolecemos ahorita de crudo ligero, no hace falta. La mayor parte de los nuevos campos que estamos produciendo son de crudos ligeros, se va a resolver en los próximos años, pero en este momento sí tenemos un problema”.
Añadió que el menor volumen de procesos se tradujo en una decreciente producción de combustibles. En consecuencia, las importaciones se han incrementado.
Precisó que hubo una caída de inversión en 2017 y 2018, en Pemex Transformación Industrial, y se reflejó en que el año pasado, de las seis refinerías del sistema nacional, dos no trabajaron prácticamente todo el año, Madero y Minatitlán. “Curiosamente son dos refinerías que están reconfiguradas para trabajar con crudos pesados. Fue un problema muy fuerte el año pasado”.
En Producción de petrolíferos, es decir, gas licuado, gasolinas, querosinas, diésel, combustóleos y turbosina, también hubo una caída de 1.3 millones de barriles, en conjunto de todos estos productos, a 629,000.
Manifestó que se realiza la rehabilitación de las seis refinerías, porque la falta de mantenimiento las perjudicó; además, se estableció un programa de rehabilitación intensivo. “En dos años vamos a rehabilitar las seis”.
Otro punto relevante, en el incremento de la capacidad de refinación, tiene que ver con la nueva refinería de Dos Bocas, que se estima produzca 340,000 barriles diarios de crudo pesado.
Con la rehabilitación del sistema nacional de refinerías y la entrada en funcionamiento de la de Dos Bocas, apuntó, se estima llegar a un incremento de la capacidad de refinación de casi 1.5 millones de barriles de crudo.
Sobre la demanda e importaciones de Pemex en gasolina y diésel, los petrolíferos que más volumen se compra, puntualizó que en el 2018 el promedio de barriles de importación eran 833,000 barriles, contra una demanda de poco menos de 1 millón 200,000.
Con la rehabilitación del sistema nacional y con la nueva refinería de Dos Bocas, la proyección al filo de la terminación del sexenio, es que sólo el 3 por ciento de la demanda sea de importación.
Respecto de los Ahorros Consolidados de Pemex al mes de septiembre, detalló que al sumar el resultado del combate al robo de combustibles, que son 23,000 millones de pesos; por Nuevos Contratos, otros 23,000, y un conjunto de medidas de austeridad del gasto, por 7,600 millones, da un gran total, a septiembre, de 55,000 millones de pesos (mdp).
“Todas las medidas nos llevan dentro de nuestro plan de negocios a que nuestro balance financiero al 2030 va a tener un cambio importante”, comentó.
Sobre la exploración y producción detalló que se cambió la estrategia exploratoria, enfocando las inversiones en yacimientos convencionales de aguas someras y tierra. “La estrategia vigente hasta el 2018 se centraba en aguas profundas, pero en 15 años no se ha obtenido un solo barril en esos sitios”.
Mencionó que “llegamos a ser los productores de petróleo más importantes del mundo en aguas someras a partir de Cantarell y de Ku Maloob Zaap, de manera que vamos a dedicar todo el recurso, y con esto se va a duplicar la exploración en aguas someras y en tierra”.
Precisó que se van a perforar 47 pozos exploratorios este año. “Pemex tiene 43 por ciento de éxito comercial y 60 por ciento de probabilidades de éxito, además de un costo de descubrimiento en aguas someras y en tierra de 1.4 dólares contra 4.8, que es el estándar internacional”.
Explicó que a partir de febrero se hizo un programa intensivo de mantenimientos a los pozos, de inyección de gas y de agua, así como perforación en campos maduros, en zonas en producción y se logró levantar la obtención a un millón 700,000 barriles. “Así se ha mantenido durante todos estos meses, con ligeros altibajos, pero a septiembre se tiene, en promedio, la producción de un millón 713,000 barriles”.
Añadió que para noviembre y diciembre, cuando inicien los primeros pozos de los nuevos campos, se calcula una obtención puntual al 31 de diciembre, de millón 800,000 barriles.
En el 2019, englobó, el promedio de producción será de un millón 682,000 barriles el próximo año esperamos un promedio de un millón 866 mil barriles; en 2021, 2,069 millones de barriles y cerrar 2024 con 2 millones 697,000 barriles.
Aseguró que no son ocurrencias, sino un trabajo técnico exhaustivo producto de análisis, estudio, experiencia y práctica de campo.
Sobre el robo de combustibles, aseveró, era un flagelo que afectaba a la empresa desde hace muchísimos años. En el 2014 le significó pérdidas de 7,700 millones de pesos. En el 2015, 11,000 millones, igual que en 2016.
En el 2017, el robo costó 24,600 mdp, y en 2018 escaló a 36,163 mdp. La suma es de más de 100,000 millones de pesos; es decir, era casi el 80 por ciento de los vencimientos del 2019.
Detalló que en noviembre del año pasado, la cifra ascendió a 81,000 barriles robados cada día. “Para tener una idea, 56,000 barriles es el consumo diario de toda la gasolina de la Ciudad de México, o la suma del consumo diario de Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca, diarios. Agregó que para el 20 de diciembre el promedio era de 74,000 barriles diarios de pérdida”.
Subrayó que el presidente de la República instruyó vigilar las principales instalaciones de la empresa y “de repente encontramos algo que a lo mejor estaba a la vista de todos: la mayor parte del robo de combustible se daba en los principales ductos que transportan gasolinas y diésel en el país”.
Luego de dar parte a las autoridades, aseguró, en los diez días finales de diciembre el robo cayó a 23,000 barriles diarios. En enero fue de 18,000 barriles, febrero 9,000, marzo 8,000, y abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre y hasta ahora, oscila entre 4 y 5 mil barriles de desviación.
Consideró que falta controlar los 5,000 barriles que hoy se pierden; sin embargo, significa un respiro importante para la empresa, porque el 90 por ciento ya no se roba. “En ese tema se ha logrado un buen avance y son recursos que ahora están sirviendo a la empresa para invertir”.
Destacó que Pemex ocupa el noveno lugar en el ámbito global, con una producción de 2.1 millones de barriles de crudo. Registra uno de los Ebitda (un indicador financiero) más elevados de la industria y de los más bajos niveles de gasto de operación, lo que la coloca como una empresa competitiva en el mercado petrolero.
Manifestó que los ingresos presupuestarios obtenidos de los ingresos petroleros siempre han sido muy importantes; por ejemplo, significaron 44 por ciento del total de los ingresos en 2008, y el 19 por ciento el año pasado.
También refirió la relación del endeudamiento de Pemex, que en el sexenio anterior observó un incremento marcado, al pasar de 1.05 a 2.2 billones de pesos; es decir, se duplicó y llegó a niveles que convirtieron a la empresa en una de las más endeudadas del mundo.
No obstante, explicó que Petróleos Mexicanos tiene un ingreso total de más de 2 billones de pesos, pero al descontar los gastos de operación, el pago de mercancía para reventa y los gastos de inversión, se obtiene un balance primario, antes de impuestos, de 993 mil millones de pesos.
Sin embargo, continuó, ese balance primario desaparece con el pago de impuestos y derechos, porque de los 993,000 millones se aplicaron el año pasado 933,000, prácticamente todo, y únicamente quedó un balance primario de 60,000 millones de pesos.
Subrayó que esa cantidad no ajusta ni siquiera para cubrir el pago de intereses de la deuda; de manera que el balance financiero el año pasado fue de menos 62,000 millones de pesos, para una empresa que mantiene una pesadísima carga fiscal.
Resaltó que la actual administración llevó a cabo cuatro acciones realizadas en los mercados internacionales. Primero, se refinanciaron las líneas revolventes bancarias. Se hizo un prepago de deuda. Se refinanciaron y emitieron nuevos bonos e intercambiaron otros.
Sobre el refinanciamiento de líneas de crédito, precisó que se hizo por 8,000 millones de dólares; es la operación más grande en la historia de Pemex. Además, no requirió ningún tipo de garantías ni colaterales y se dio en los días en que algunas calificadoras amagaron con bajar la calificación a Pemex. “Durante la nueva administración se han realizado operaciones de refinanciamiento por aproximadamente 28,000 millones de dólares. De manera que las preocupaciones que traían las calificadoras, pues tendrían ya que estar disipadas”.
Respecto del prepago de deuda, indicó que fue por alrededor de 5,006 millones de dólares de vencimientos entre 2021 y 2023, utilizando recursos de la aportación patrimonial del gobierno federal.