Es verdad que la recuperación económica, y la demanda de crudo que la acompaña en los principales países emergentes, se confirma, pero la sostenibilidad de los niveles de precio del crudo, ampliamente por encima de los 80 dólares, plantea interrogantes, subrayó hoy la AIE en su informe mensual sobre el mercado petrolero.
A ese respecto, previno de que "las cosas podrían torcerse" para los países productores si la horquilla de precios que se considera adecuada pasa a ser la de 80 a 100 dólares el barril, en lugar de la de 60 a 80 dólares.
Los autores del informe señalaron que el reciente encarecimiento del crudo, que a comienzos de mes ha llegado a su máximo en 18 meses, puede reflejar en parte la percepción de una serie de riesgos de aprovisionamiento de Nigeria, Irán, Rusia u otros productores que eventualmente se vieran afectados por la temporada de ciclones.
Pero frente a esos riesgos, insistieron en que se mantiene el margen de capacidades excedentarias de los países productores y el nivel de reservas industriales de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Además, añadieron que se han atenuado "algunas de las preocupaciones más histéricas" sobre las perspectivas para mediados de esta década.
En todo caso, la AIE -que reúne a los principales consumidores de energía miembros de la esta agencia- revisó al alza, en 30 mil barriles diarios sus previsiones del mes pasado de consumo global de petróleo para este año hasta 86.6 millones de barriles diarios, lo que significa un incremento del 2 por ciento respecto a 2009.
Esa corrección se debe a unas mayores expectativas de algunos países asiáticos, en particular de China -lo que puede reflejar en parte un aumento de las reservas- y de Oriente Medio para la generación de electricidad.
Unas modificaciones que vienen a confirmar que es el mundo emergente el que tira del consumo de petróleo, y así seis de los grandes países de este grupo (China, Arabia Saudita, Rusia, Brasil, Irán e India) van a representar por sí solos casi tres cuartos del incremento de la demanda en 2010.
La otra cara de la moneda es la OCDE, para la que la agencia no ha modificado este mes sus previsiones, lo que significa que globalmente absorberá este ejercicio 45.4 millones de barriles diarios, lo que supone una caída del 0.2 por ciento, después del retroceso del 4.4 por ciento registrado en 2009.
Los autores del informe precisaron que sí han modificado la distribución de consumos en el interior de la OCDE, con una elevación en Norteamérica, Japón y Corea del Sur y una reducción en Europa.
En concreto, los niveles de demanda en los grandes países europeos que son Francia, Alemania y el Reino Unido se mantienen por debajo de los niveles previos a la recesión, aunque la producción industrial se haya recuperado, y ese efecto no lo compensan Italia y España. Además, la crisis de la deuda griega ha introducido un elemento de incertidumbre económica a la región.
La AIE constató que en marzo la producción mundial de crudo cayó en 220 mil barriles diarios respecto a febrero para quedar en 86.6 millones de barriles, a causa del descenso de la aportación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 190 mil barriles diarios hasta 29 millones de barriles.
Pese a ese descenso, que se debe mucho más al retroceso del 10 por ciento en el petróleo iraquí puesto en el mercado que al cumplimiento de las cuotas decididas por la OPEP, la agencia puso el acento en que la producción global es de casi dos millones de barriles diarios superior a la que había hace un año.
Las reservas industriales de los países de la OCDE disminuyeron en febrero en 38.4 millones de barriles para situarse en 2 mil 685 millones de barriles.
Aquí también, la AIE se esforzó en subrayar que eso cubre 60 días de demanda, es decir, más que los 59.5 días que cubría el nivel de reservas de enero.