"Voy a seguir estudiando, trabajando y luchando por mis ideales porque es lo más importante que uno puede hacer en la vida. Tengo la convicción de que hay que defender el planeta para las próximas generaciones", declaró la argentina Camila Speziale tras arribar al aeropuerto internacional de Ezeiza, cercano a Buenos Aires.
Speziale y su compatriota Hernán Pérez Orsi coincidieron en cuestionar su detención en Rusia. "Fue muy dura la reacción de Rusia, desmedida y violenta", denunció Pérez Orsi.
"A mí me secuestran en aguas internacionales en forma ilegal. Estábamos encerrados ahí por una razón totalmente ilógica. El aislamiento es lo peor que le pueden hacer a una persona, el no saber qué puede pasar y el sentimiento de injusticia", señaló en tanto Speziale.
"Ahora Gazprom empezó a hacer las perforaciones de petróleo y estoy totalmente indignada", aseveró.
Por su parte, la activista brasileña de Greenpeace Ana Paula Maciel, de 30 años, advirtió hoy al arribar a su país: "No vamos a parar hasta que nos devuelvan nuestro barco y tener un santuario en el Ártico".
Los activistas fueron arrestados en septiembre después de subir desde el barco de Greenpeace "Arctic Sunrise" a una plataforma petrolera en el Mar de Pechora para protestar contra los trabajos de perforación en el Ártico. De haber sido declarados culpables, podrían haberse enfrentado hasta siete años de cárcel.
Más de 20 de los activistas del "Arctic Sunrise" recibieron las visas de salida. Dependiendo de su nacionalidad, unos pocos no las necesitaban y estaban en condiciones de abandonar Rusia inmediatamente después de que ese país retirara el miércoles los cargos por vandalismo contra 28 activistas y dos periodistas. El barco de Greenpeace continúa en tanto retenido en Rusia.
Según Maciel, el cautiverio "valió la pena". El llamado grupo de "los 30 del Ártico" quedó libre de cargos cuando el pasado 18 de diciembre el Parlamento ruso les concedió una amnistía.
"Ahora muchas más personas saben lo que está sucediendo en el Ártico. Y vamos a continuar denunciando y mostrando, porque hace 40 años que hacemos esto", destacó.
La bióloga explicó que la experiencia cambió su vida. "Fue una tremenda injusticia, un intento frustrado de acallar una protesta pacífica y la libertad de expresión", afirmó.
La activista, quien llegó en la mañana de hoy al aeropuerto de Sao Paulo y desde allí partió rumbo a su ciudad natal Porto Alegre, lamentó que la acción del grupo no haya impedido que la compañía rusa explore petróleo en la región, ya que, explicó, la actividad genera "un círculo vicioso".
"Las empresas exploran el petróleo, el uso de combustibles fósiles calienta el planeta, haciendo que el hielo del Ártico retroceda y permitiendo que áreas cada vez más al norte sean exploradas", afirmó.
Maciel espera "que el mundo haya aprendido" con la experiencia vivida por los activistas: "Ni los rusos esperaban la reacción que tuvo el mundo para liberarnos, para protegernos".
Por último, agradeció el apoyo y la repercusión mundial que tuvo su caso.
"(Los rusos) pensaban que podían hacer con nosotros lo que hacen con todos los que hacen protestas pacíficas, que los callan, los pisotean, los mantienen en la cárcel por años, pero el mundo estaba junto a nosotros y yo no tengo palabras para agradecer eso", afirmó.
Los 28 activistas y los dos periodistas freelance fueron detenidos el pasado 19 de septiembre y estuvieron retenidos durante dos meses acusados de piratería primeramente, y de vandalismo después. En noviembre recibieron el derecho a aguardar el proceso en libertad bajo fianza. Desde entonces permanecieron libres en San Petersburgo, pero no podían abandonar el país.