Biden viajó a Michigan para visitar la planta de montaje en la que Ford producirá su nueva camioneta "pick-up" eléctrica F-150 Lightning.
Durante un discurso ante empleados y directivos de Ford en la planta situada en Dearborn, en las afueras de Detroit, defendió su ambicioso plan de infraestructuras de 2,3 billones de dólares porque, según señaló, el país necesita invertir en infraestructuras, especialmente en las que promueven la economía verde, para hacer frente a competidores como China y al resto del mundo.
"Ahora mismo China es líder en esta carrera. Es un hecho. Solíamos invertir en investigación y desarrollo más que ningún otro país del mundo. Y China era la novena. Ahora somos el número 8 y China es el número 1", explicó Biden.
El presidente estadounidense señaló que el liderazgo de Estados Unidos en la producción de vehículos eléctricos (VE) es esencial para la industria del país y recordó que solo la producción doméstica de la camioneta "pick-up" Ford F-150 supone 50.000 millones de dólares y miles de empleos.
FUTURO ELÉCTRICO
"El futuro del sector del automóvil es eléctrico. No hay vuelta de hoja", dijo Biden, para quien el sector del automóvil de Estados Unidos está "en una encrucijada". "La verdadera cuestión es si liderará o se quedará rezagado en la carrera del futuro", añadió.
"Si construiremos aquí en Estados Unidos estos vehículos y las baterías que llevan o dependeremos de otros países. O si los empleos para producir estos vehículos y baterías son empleos de trabajadores afiliados a sindicatos con buenos salarios, con prestaciones, empleos que sostendrán y harán crecer la clase media", continuó Biden.
El plan de infraestructuras de Biden incluye 174.000 millones de dólares para apoyar el crecimiento de la producción doméstica de vehículos eléctricos. Y también prevé la construcción de una red de 500.000 puntos de carga de vehículos eléctricos en todo el país para facilitar la adopción de VE.
Además recalcó que si se actúa para "salvar el planeta" se podrán también crear millones de empleos con "buenos salarios", generar un "significativo crecimiento económico" y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
En su intervención, el presidente lanzó una crítica velada a General Motors (GM) el principal fabricante de automóviles de Estados Unidos, que recientemente anunció que invertirá 1.000 millones de dólares en la planta de Ramos Arizpe, en el estado mexicano de Coahuila, para impulsar la producción de vehículos eléctricos.
"Necesitamos que los fabricantes de coches y otras empresas sigan invirtiendo aquí, en Estados Unidos, y no llevarse los beneficios de nuestra inversión pública para ampliar la fabricación de vehículos y de baterías en el extranjero", dijo Biden ante el aplauso de los trabajadores de Ford.
ACUERDO CON REPUBLICANOS
El presidente, que durante su discurso se refirió en varias ocasiones a la "unidad" del país, se mostró optimista sobre un acuerdo con los republicanos en el Congreso sobre el plan de infraestructuras.
Señaló en este sentido que tanto él como la vicepresidenta, Kamala Harris, creen que es posible llegar a un acuerdo bipartito sobre infraestructuras y esperan oír "hoy mismo o mañana" detalles de la contrapropuesta que les hagan los republicanos.
"Una cosa es segura. Llegaremos a compromisos. Pero hacer nada no es una opción. El mundo no va a esperar, repito", añadió antes de vincular la economía verde con el futuro del planeta y el crecimiento de la economía.
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