"La edad es sólo un número", dijo el piloto de Toro Rosso sentado ante una mesa sobre la que había unas 20 grabadoras y alrededor de la cual se arremolinaban unos 40 periodistas.
Sólo tres días después de su decimoséptimo cumpleaños, el holandés fue hoy el duodécimo piloto más rápido de los 22 que participaron en la primera sesión de prácticas libres en el Gran Premio de Japón. Su mejor tiempo fue 2.696 segundos más lento que el del líder de la sesión, el alemán Nico Rosberg.
"No creo que me pueda quejar", dijo sobre su prometedora actuación. "No estuve siquiera cerca de ir al límite. Símplemente piloté con seguridad, sin hacer ninguna locura e intentando hacer el mayor número de vueltas posible".
El debut de Verstappen terminó cuando tuvo que retirarse poco antes del fin de la hora y media de práctica al salir humo de la parte trasera de su coche.
El holandés dijo que necesitó cinco o seis vueltas -unos 30 kilómetros- para acostumbrarse al bólido, que en la sesión vespertina quedó ya en manos del titular, el francés Jean-Eric Vergne.
Verstappen espera tener una nueva oportunidad de ponerse a los mando del STR9 en Austin, Sao Paulo y Abu Dabi.
Su debut en carrera se espera en la primera del próximo año, el 15 de marzo en Melbourne. Si todo va según los previsto, se convertirá así en el piloto de Fórmula 1 más joven de la historia, superando al español Jaime Alguersuari, que debutó también en un Toro Rosso a los 19 años en 2009.
El padre del piloto holandés, Jos Verstappen, que fue compañero de Michael Schumacher en Benetton y compitió en 106 Grandes Premios entre 1994 y 2002, fue testigo de la práctica en Suzuka.
"Simplemente me dijo que fuera ganando en confianza vuelta a vuelta y que no se trataba de hacer grandes tiempos", dijo el holandés de 17 años sobre los consejos de su padre. "Parecía bastante complacido".