En el Gran Premio de Miami (EEUU), el quinto del año, disputado en el circuito construido en torno al Hard Rock Stadion de la citada localidad del estado de Florida; el segundo y tercer puesto -respectivamente- fueron para, el mexicano Sergio Pérez, y el español Fernando Alonso (Aston Martin).
Verstappen, de 25 años y que apunta a un tercer título seguido, logró su victoria número 38 en la F1, la tercera de la temporada, con una nueva exhibición -tras haber arrancado noveno- con la que cruzó triunfal la línea de meta; por delante de 'Checo' (firmando el cuarto 'doblete' del año para Red Bull) y del de nuevo genial Alonso; en una carrera que el otro español, Carlos Sainz (Ferrari) acabó en quinta posición, por detrás del inglés George Russell (Mercedes).
'Mad Max' evitó que 'Checo' asumiese el mando del certamen y completó -añadiendo a su triunfo la vuelta rápida en carrera- una nueva lección magistral de pilotaje a la que se sumó el doble campeón mundial asturiano; que, en una segunda juventud a los 41 años, confirmó la tercera plaza del campeonato, la primera de entre los "no extraterrestres"; que ocupa con 75 puntos, 44 menos que el neerlandés: que ahora aventaja en catorce al bravo piloto de Guadalajara (Jalisco). En una F1 que habla cada vez más en español.
'Checo' apuntaba al liderato del Mundial desde el primer puesto, después de haber firmado el sábado su tercera 'pole' en la F1, al dominar la al final accidentada calificación, por delante de Alonso, que arrancaba segundo; y de Sainz, tercero en parrilla. Una cronometrada que marcó un hito: por primera vez, en toda la historia, tres hispanoparlantes arrancarían desde las tres primeras posiciones en una carrera de la categoría reina.
Una configuración que, sin quitarle méritos a nadie, quizá no hubiese sido tal sin el accidente del monegasco Charles Leclerc -séptimo en parrilla y al final-, que obligó a sacar la bandera roja a poco más de minuto y medio del final de la Q3, interrumpiendo una sesión que ya no se reanudó. Porque, hasta ese momento, Verstappen -que no tuvo opción a un último intento en la tercera y definitiva ronda- había encabezado todas las tablas de tiempos: las del último entrenamiento libre, la de la Q1 y la de la Q2.
El neerlandés partía noveno, en una formación en la que de forma sorprendente el danés Kevin Magnussen (Haas) y el francés Pierre Gasly (Alpine) ocupaban la cuarta y la quinta plaza; justo por delante de Russell, cuyo compañero y compatriota el siete veces campeón mundial Lewis Hamilton -eliminado en la Q2- partía desde la decimotercera posición. Antes de firmar la segunda remontada del día y acabara sexto en la pista construida alrededor del estadio de los Miami Dolphins, equipo de la NFL, la espectacular liga profesional de fútbol americano.
Para añadir más picante a la ya emocionante resolución de la calificación, quedaba la incertidumbre de la meteorología, que no descartaba lluvia durante la carrera. Una lluvia que cayó, en forma de tormenta, durante la noche previa, cambiando por completo -eliminando la suciedad-. la superficie de una pista que debutó el año pasado y que, además, acaba de ser re-asfaltada. Pero que no compareció durante la carrera; que los primeros siete afrontaron con el neumático medio, mientras que Verstappen y Hamilton lo hicieron con el duro.
Alonso, que en la rueda de prensa de la FIA del sábado hizo un alegato en defensa del español en su propio idioma (la lengua oficial en las conferencias de la F1 es el inglés), volvió a demostrar quien es el jefe, sobresaliendo con un coche que no se puede medir a los muy dominantes Red Bull. Que seguirán apuntando bien alto tras la renovación de su ingeniero estrella, el inglés Adrian Newey, el guru de la aerodinámica. Creador de la nave imbatible con la que el alemán Sebastian Vettel lideró cuatro 'dobletes' de la escudería austriaca entre 2010-13; y cuya extraordinaria sabiduría deja vislumbrar una segunda era gloriosa para los toros rojos.
Fernando arrancó bien, conteniendo a Sainz. Y 'Checo' mantuvo su primer puesto, por delante de los dos españoles; y de Gasly y de Russell, que habían dado cuenta de Magnussen.
En la cuarta de las 57 vueltas, tras marcarse en la recta de meta un adelantamiento doble a Leclerc y Magnussen -auténtico grano en la piel del monegasco en los primeros giros-, Verstappen ya rodaba sexto.
Gasly y Russell tampoco le dieron problemas; y en la décima, 'Mad Max' rodaba cuarto, por detrás de los tres hispanoparlantes . apuntando al podio; comenzando el intercambio de vueltas rápidas entre los dos dominantes Red Bull, que hacían un sandwich con los dos españoles. Hasta el decimocuarto giro, en el que el nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos superó a Carlos: una vuelta antes de rebasar a Fernando, que, al igual que su compatriota, no opuso excesiva resistencia, ahorrando tiempo.
A partir de ahí, todo apuntaba a dos guerras 'fratricidas': la de los pilotos del equipo austriaco, por la victoria; y la de los españoles, por el tercer peldaño del podio.
En la 18, Sainz paró a poner duros, con la intención de hacerle un 'undercut' al doble campeón mundial asturiano. Entró a pista séptimo, por detrás de Hamilton, al que superó dos giros más adelante.
'Checo' entró en garaje en la 21 y Verstappen -que aún no lo había hecho- tomó el mando de la carrera, por delante de Alonso, del mexicano y del francés Esteban Ocon (Alpine). Poco antes de que se anunciara la sanción de cinco segundos al madrileño de Ferrari, por haber excedido la velocidad permitida en la zona previa a la entrada a boxes.
Alonso paró en la 25 y regresó a pista quinto, por detrás de Carlos, aunque virtualmente -Sainz aún debía cumplir su sanción de cinco segundos- era cuarto. Una plaza que, con el neumático más fresco, consiguió sin problemas dos vueltas más adelante, rebasando al hijo del doble campeón del mundo de rallys de idéntico nombre.
Ocon aún tenía que parar, pero el catedrático de Oviedo lo rebasó en la 29 y -superada la mitad del recorrido- ya podía pensar seriamente en su cuarto podio en las cinco primeras carreras del año. Algo por lo que hace tres meses no apostaría nadie.
Sainz rebasó al galo, quinto en ese momento, por delante de Hamilton; que tampoco había hecho el 'pit stop' y dejó pasar a su compañero Russell , que, a falta de veinte rebasó a Carlos. Para, a partir de ahí, acabar asegurando la cuarta plaza final.
Verstappen aguantó, sin entrar a box y apretando a tope, hasta la vuelta 46. Fue el último en parar. El penúltimo, en la 43, había sido el canadiense Lance Stroll, el nuevo compañero de Alonso, que salió decimoctavo y acabó duodécimo.
'Mad Max' salió a pista por detrás de 'Checo', pero con sus medios nuevos rebasó al mexicano en la primera curva de la 48; poniendo fin al sueño de victoria y comandancia del bravo piloto tapatío. Antes de completar una nueva exhibición.
Por detrás, el genial piloto asturiano celebró, en otra lección magistral de pilotaje, su cuarto podio en sus cinco primeras carreras con Aston Martin. Una serie de puestos de honor que se aproximó a su última mejor hasta la fecha; la que había logrado a finales de 2012, cuando encadenó cinco cajones en los Grandes Premios de Corea, India, Abu Dabi, Estados Unidos y Brasil.
Hamilton acabó sexto, justo delante de Leclerc, compañero de Sainz en Ferrari. Los dos franceses de Alpine, Gasly y Ocon, acabaron octavo y noveno; y Magnussen capturó el último punto en juego, al concluir décimo.
Miami completó el programa doble que arrancó el fin de semana anterior en Azerbaiyán. Ahora, tras un fin de semana de descanso, la F1 encadenará tres seguidos: los correspondientes a los Grandes Premios de la Emilia-Romagna, de Mónaco y de España: que se disputará el primer fin de semana de junio en el circuito de Montmeló (Barcelona).
Adrian R. Huber