Lo que le sucedió a Haas es un recordatorio elocuente de la importancia que ha adquirido hoy en día el arte -- o la ciencia -- de las paradas de pits en la F1.
Kevin Magnussen fue el primero de los pilotos de Haas en entrar a boxes. Una vez que salió, se detuvo en la curva 4 porque su rueda trasera izquierda estaba floja. Dos vueltas más tarde, es el turno de Romain Grosjean: para, sale, y se detiene de inmediato con una rueda delantera izquierda suelta.
El equipo atribuye lo sucedido en Melbourne a "error humano" y falta de práctica en las paradas de pits, y se hace acreedor a una multa de 5,000 euros por cada auto. Y Grosjean le regala a la F1 una de las imágenes más conmovedoras de la temporada al abrazar al angustiado mecánico que cometió el error en su monoplaza.
Luego vino Bahrein. En la vuelta 36, Kimi Räikkönen de Ferrari hace su segunda detención. Al finlandés se le da luz verde para salir antes de tiempo, y le fractura la pierna al infortunado Francesco Cigarini.
Ferrari recibe una multa de 45,000 libras por sacar el auto de manera insegura. Mientras tanto, el otro piloto de la escudería, Sebastian Vettel, se la juega con una audaz estrategia de una sola parada y gana la carrera por un estrecho margen. A veces se gana, a veces se pierde...
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Así han evolucionado las paradas en boxes, al punto en que cualquier detención por encima de los dos segundos para cambiar las cuatro llantas hoy se considera lenta. La semana pasada, en Texas, la parada más rápida fue de 2.28 segundos para el piloto de Mercedes Valtteri Bottas.
La práctica hace al maestro: un equipo puede realizar 60 paradas, simuladas y reales, en el transcurso de un fin de semana de carrera. Por lo general, se necesita un escuadrón de 20 personas para hacer el trabajo: uno con el tablero de "STOP" para indicar al piloto dónde poner el auto, una persona en cada gato en la nariz y la cola, tres por cada rueda, dos en la parte delantera para hacer cambios al alerón, dos en el centro para limpiar los radiadores y la visera del piloto, y uno para supervisar la parada y monitorear el tráfico en el pit lane antes de permitir que salga el auto.
La vida se tornó más difícil para los mecánicos de la F1 en 2010, cuando la prohibición del reabastecimiento de combustible significó que los autos solo podían entrar a cambiar llantas o hacer reparaciones mecánicas de emergencia. Y se volvió más difícil aún cuando el reglamento autorizó las llantas actuales, más anchas y pesadas.
Ahora que los equipos tienen sus propios especialistas en rendimiento humano, las cuadrillas de pits realizan un entrenamiento especial para acondicionar sus músculos, estirándolos, doblándolos y torciéndolos a fin de acelerar cuidadosamente su precisa coreografía.
Las paradas en boxes pueden ofrecer algún consuelo: puede que Williams sea el último entre los equipos en 2018, pero ostenta el récord de todos los tiempos para una parada en boxes con un asombroso 1.92 segundos en el Gran Premio de Europa en Bakú en 2016.
Volviendo a Haas, a últimas fechas Romain Grosjean ha tenido una activa participación en las prácticas de parada en pits, no como piloto sino como miembro del equipo. "En realidad es muy divertido", dijo. 'Nunca había cambiado una rueda antes del Gran Premio de Japón. Así que lo intenté, y me encantó, pero me alegro de no tener que hacerlo durante una carrera. Es mucha presión para los muchachos, y hay que trabajar muy duro".
Mirando hacia atrás, a la carrera inaugural y a esa desastrosa doble falta, las palabras de Grosjean en esos momentos resultaron ser proféticas. "Eso lo vamos a resentir", dijo mientras Haas se preparaba para luchar a lo largo de toda la temporada por el cuarto lugar detrás de los tres equipos de punta.
Y vaya que tenía razón: ese día Haas tiró por la borda hasta 22 puntos.
Hoy llegan al Autódromo Hermanos Rodríguez en quinto lugar, 22 puntos detrás de Renault...