Todos estos éxitos se han obtenido con un enorme abanico de pilotos y en épocas muy diferentes, al mismo tiempo que se desarrollaban innovaciones tecnológicas que luego han sido transferidas a los coches de calle. La dilatada y excelente trayectoria de Porsche en esta prueba arrancó en 1970, con la primera victoria de Hans Herrmann y Richard Attwood al volante de un Porsche 917K. Este icónico automóvil ha pasado a la historia como vehículo de culto y como uno de los coches de carreras más apreciados por los aficionados. Su belleza contrastaba con su legendario carácter, fruto de una gran potencia y ligereza. Todo ello, unido a su papel protagonista en la película ‘Le Mans’, con Steve McQueen al volante, le han convertido en el coche de carreras más famoso de todos los tiempos.
Este año se cumple el 50° aniversario de la presentación del primer ejemplar del Porsche 917, realizada en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1969. Porsche lo ha celebrado restaurando esa primera unidad con el número de bastidor 917-001, hasta devolverla a su estado original. Este coche es uno de los protagonistas de la exposición “50 años del 917: los colores de la velocidad”, que se muestra en el Museo Porsche con 14 modelos en exhibición, entre ellos 10 unidades del 917. La marca también ha realizado el 917 Concept, un prototipo para rendir homenaje al célebre Porsche 917 con decoración roja y blanca que ganó de las 24 Horas de Le Mans de 1970.
Una primera victoria “de cine”
El protagonista de ‘Le Mans’ era un prototipo de menos de un metro de alto y con un impresionante motor de 12 cilindros opuestos, que tenía una cilindrada de 4.5 litros y estaba refrigerado por aire. El 917 KH fue creado para participar en el Campeonato del Mundo de Marcas de aquella época y para luchar por la victoria en las 24 Horas de Le Mans. Y así fue: acabó dominando el certamen y la carrera durante varias temporadas, hasta que cambió el reglamento.
Puede que las 24 Horas de Le Mans de 1970 sean las más famosas de la historia, porque Steve McQueen filmó en esa edición su célebre película. Porsche aún no había ganado nunca en esta mítica carrera y tenía enfrente a los temibles Ferrari, con un batallón de once unidades del nuevo 512S, casi todas equipadas con las carrocerías "cola larga" para lograr mayor velocidad en la larga recta de Hunnaudiéres y con un gran plantel de pilotos, como Ickx, Vaccarella, Merzario, Bell o Regazzoni.
Sin embargo, el 917 llegaba a Le Mans en plena forma y Porsche tenía ya casi en sus manos el Campeonato del Mundo de Marcas, que solo necesitaba rematar en la prueba francesa tras haber vencido en las 24 Horas de Daytona, Brands Hatch, Monza y Spa-Francorchamps, además de en la Targa Florio y Nürburgring con el 908/3.
Tras la decepción sufrida en 1969, en la que Porsche finalizó en segunda posición por apenas 120 metros después de 24 horas de carrera, no se quería dejar nada al azar. Los equipos de fábrica competían con los flamantes 917L con la nueva carrocería "cola larga" y también había otras unidades en manos de escuderías privadas. La mayoría de los 917 montaba el motor de 4.9 litros y 580 CV de potencia.
Los 917 "cola larga" fueron los más rápidos en entrenamientos y el comienzo de carrera fue un duelo entre el 917L blanco con rayas rojas de Porsche-Austria (Elford-Ahrens) y el mejor 917K-Gulf de Siffert-Redman. Pero de repente se presentó la lluvia. Un intenso diluvio como no se había visto en muchos años y que, con breves intervalos, duró casi toda la carrera. Las carrocerías largas resultaban muy difíciles de controlar en suelo mojado y hubo numerosos accidentes.
Apenas dos horas después de la salida, cuatro Porsche se situaron en solitario en cabeza tras una colisión múltiple en la curva de Indianápolis. Entre los rivales, solo el Ferrari 512S oficial de Ickx-Shetty, en sexta posición, se mantenía con opciones de arrebatarles la victoria, posibilidad que se desvaneció cuando el piloto belga se salió en la nueva Chicane Ford y dio por finalizada su carrera.
Entre los Porsche, los mejores coches del equipo Gulf quedaron fuera por problemas mecánicos y, a media carrera, el liderato lo ocupaba el 917K de Porsche-Austria (con motor de 4.5 litros), pilotado por Herrmann y Atwood, seguido por los dos 917 "cola larga". Su compañero de equipo, Elford, tuvo que tirar la toalla de madrugada con el motor roto cuando estaba reduciendo la distancia. Eso evitó un duelo fratricida.
El Porsche 917K de Hans Hermann y Richard Atwood, a priori el menos potente y rápido de los coches oficiales, cruzó la meta en primera posición, dando a Porsche su primera victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans. Fue una fiesta completa, pues otros dos coches de la marca coparon el podio. Y aún había más: Porsche también ganaba los Grupos 5 y 6, la categoría Gran Turismo (con el debutante 914/6) y los dos Índices Energéticos. Por si fuera poco, situaba cinco coches entre los siete primeros y doce de los dieciséis coches que acabaron eran de la marca de Stuttgart. Además, Vic Elford marcaba una nueva vuelta rápida en carrera, 3:21:0, ¡a 241 km/h de velocidad media!
Tras la celebración, Hans Herrmann anunciaba su retirada de la competición. Con 42 años, cumplía la promesa hecha a su mujer de dejar las carreras si vencía en Le Mans, prueba en la que llevaba corriendo desde 1951 y en la que debutó con un Porsche. La historia de éxitos en Le Mans no había hecho más que comenzar.