El pasado febrero, las autoridades indias enviaron una petición formal al Reino Unido para que este país extraditara al directivo, de 61 años, en virtud de un tratado firmado entre ambos países.
El indio está involucrado en diversos procedimientos legales en su país de origen, ya que varios bancos reclaman recuperar los fondos que su compañía aérea, Kingfisher Airline, les debe, en torno a 800 millones de euros.
A pesar de que ya se han sucedido varias órdenes judiciales, Mallya no se ha personado ante los investigadores sobre el caso de blanqueo de capitales del que se le acusa. En septiembre del año pasado, el jefe de Force India quería volver a su país, pero no pudo porque su pasaporte fue anulado y quedó incapacitado para viajar, recluido en el Reino Unido. De hecho, el Gran Premio de Gran Bretaña fue el único evento al que pudo asistir el año pasado. Esta temporada, estuvo en la presentación del VJM10 en Silverstone.
El indio está declarado como moroso en su país. El gobierno de allí persigue a Mallya por el supuesto impago de multas en relación a Kingfisher Airline, que fracasó como compañía en 2012.
De hecho, debe más de 830 millones de euros a los bancos de su nación. Desde el año pasado, vive en Gran Bretaña y a raíz de eso, India pidió su extradición. Mallya aseguró recientemente que era una mera víctima de la caza de brujas que ha realizado el gobierno indio y los medios de comunicación en los últimos meses.
El equipo de Mallya ha competido en Fórmula 1 desde el año 2008. Consiguieron terminar cuartos el año pasado en el Campeonato del Mundo, la mejor posición de su historia como escudería.
El equipo Force India de Fórmula 1 tiene actualmente como pilotos al mexicano Sergio Pérez y al francés Esteban Ocon.