El admnistrador del equipo que marcha en el último lugar del campeonato de constructores será Finbarr O'Connell, quien fue calificado por Caterham como un "solucionador de problemas".
Los nuevos inversionistas de la escudería aseguraron que la decisión persigue el objetivo de "permitir al equipo seguir operando y preparándose para los próximos eventos".
Acorralado por las divisiones internas y los problemas financieros, la presencia de la escudería en los próximos grandes premios de Estados Unidos y Brasil está seriamente en duda.
Según la revista autosport, el primer objetivo de O'Connell será atraer un inversionista fuerte.
Caterham fue comprado recientemente por el grupo inversor suizo-árabe Engavest SA, pero los nuevos dueños acusan al anterior propietario, el empresario malayo Tony Fernandes, de haberse negado a cumplir los pasos jurídicos necesarios para transferir sus acciones.
Pero Fernandes respondió calificando las denuncias de "basura". "Si compras algo debes pagar por ello. Es así de simple", afirmó.
La escudería se encuentra entretanto acéfala tras la salida del jefe de equipo Manfredi Ravetto y su fábrica en Leafield, Reino Unido, fue cerrada provisionalmente.
El jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, no quiso aventurar esta semana si el equipo será ayudado y si tiene futuro alguno en la Fórmula 1.
Caterham no es, sin embargo, la única escudería que afronta graves dificultades económicas. Según la revista auto, motor und sport, también el equipo Marussia afronta problemas e incluso su presencia en Austin podría estar en peligro.