La controversia entre los compradores y los ex propietarios del equipo escaló notablemente en los últimos días, y nadie sabe exactamente quién es el jefe de equipo después de que Manfredi Ravetto dejara su cargo un par de semanas tras haber asumido.
Incluso la fábrica de la escudería en Leafield, Reino Unido, fue cerrada provisionalmente, por lo que la participación del equipo que marcha en el último lugar del campeonato de constructores en el Gran Premio de Estados Unidos el 2 de noviembre es más que dudosa.
El jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, no quiso asegurar hoy si el equipo será ayudado y si tiene futuro alguno en la Fórmula 1.
"Es un poco complicado decir algo sin saber por completo lo que pasa", dijo el británico a la BBC. "Lo único que sé es lo que me han contado. No estoy seguro de que todo sea cierto", opinó Ecclestone, quien supuestamente tiene como intención ayudar al equipo.
Pero el tiempo apremia. Este sábado, los bólidos deberían ser transportados a Estados Unidos, sin embargo de lo único que se habla en la escudería es sobre el conflicto entre sus propietarios, que parece haber alcanzado hoy su punto culminante.
"Si compras algo debes pagar por ello. Es así de simple", aseguró el empresario malayo Tony Fernandes, ex dueño y ex jefe del equipo. Fernandes respondió así a un comunicado de la escudería en el que se lo denuncia por no haber transferido las acciones de su propiedad.
El 29 de junio, Fernandes había acordado vender la escudería a Engavest SA, un grupo inversor del que hasta hoy se desconoce exactamente quién está detrás.
Sin embargo, los nuevos propietarios de Caterham acusan ahora al anterior dueño de haberse negado a cumplir los pasos jurídicos necesarios para transferir sus acciones.
"Después de tres meses en los que el equipo de Fórmula 1 Caterham fue dirigido de buena fe, el comprador se ve ahora forzado a evaluar todas las posibilidades, entre ellas la retirada del equipo", indicó la escudería en un comunicado difundido hoy. Pero Fernandes, el anterior dueño, calificó de "basura" las denuncias.
Mientras las acusaciones cruzadas crecían, el jefe de equipo Ravetto anunciaba que dejaba la escudería. "Orgulloso de haber formado parte de un grupo extraordinario de personas, aún cuando haya sido por pocas semanas", lamentó.
Ravetto asumió el cargo a principios de septiembre del holandés Christijan Albers, quien a su vez había durado sólo cinco carreras.
Las especulaciones sobre los graves problemas financieros del equipo existen ya hace tiempo. En Sochi, Ravetto había intentando en rueda de prensa disipar las dudas, pero tras su salida todo luce más complicado para Caterham.