"Estoy contento de haber llegado al día 11 del Rally Dakar sin ningún problema mecánico en el coche pero, al igual que el año pasado, estamos sufriendo con las ruedas (...) Hemos tenido muchas ponchaduras, dieciséis. Si eso lo multiplicas por minuto y medio, es mucho tiempo perdido", analizó.
Al-Attiyah no tira la toalla, aunque sabe que solo le queda una oportunidad para poder ser campeón en Yeda. "Veremos qué pasa mañana", dijo pensando en la última especial.