“Este año celebramos el 120 aniversario del primer encuentro entre Henry Royce y Charles Rolls. Pero si bien son sus dos nombres los que se hicieron mundialmente famosos, Rolls-Royce tal como lo conocemos nunca habría existido sin la intervención, influencia y contribuciones de otros. En esta serie, así como a los propios fundadores, recordamos a esos actores cruciales, quizás menos reconocidos por la posteridad pero absolutamente esenciales para la historia de Rolls-Royce, comenzando, apropiadamente, con el hombre que organizó ese primer encuentro histórico”.
Andrew Ball, Jefe de Relaciones Corporativas y Patrimonio, Rolls-Royce Motor Cars
Henry Edmunds nació el 20 de marzo de 1853 en Halifax, West Yorkshire. Su padre, ingeniero y comerciante de hierro, le dio un aprendizaje informal, a partir del cual el joven Henry desarrolló una pasión duradera por el entonces nuevo mundo de la electricidad. Tras hacerse amigo de Joseph Swan (el inventor de la bombilla incandescente), se convirtió en vendedor de la empresa Swan Lamps. Entre sus clientes se encontraba la Royal Navy: en 1881, el HMS Inflexible se convirtió en el primer buque de guerra británico en iluminarse con bombillas eléctricas. También era amigo de Thomas Edison (el inventor de casi todo lo demás) y estuvo presente tanto en la primera grabación de sonido exitosa como en la primera llamada telefónica.
En 1886, Edmunds se convirtió en socio de los fabricantes de cables eléctricos WT Glover & Co, con sede en Manchester. La suerte de la empresa cambió con la apertura del Canal de Navegación de Manchester en 1894 y, más concretamente, con los muelles y el primer polígono industrial del mundo, Trafford Park, junto a él. Glover's ganó el contrato para suministrar el cableado para el vasto sistema de iluminación de arco, que fue diseñado y fabricado por otra empresa de Manchester, F H Royce & Co, propiedad de un tal Henry Royce.
Para completar las obras, tanto Royce como Glover necesitaban capital. A través de una compleja serie de reorganizaciones, cambios de nombre, participaciones mutuas y superposiciones de gestión entre sus respectivas empresas, Henry Royce y Henry Edmunds se convirtieron en socios comerciales establecidos y amigos cercanos.
En 1899, Edmunds se unió al Automobile Club de Gran Bretaña e Irlanda (más tarde Royal Automobile Club, o RAC). Edmunds quedó cautivado por el automovilismo y aplicó con entusiasmo su mente ágil e inventiva a los innumerables desafíos y posibilidades de la tecnología naciente. Al año siguiente participó en la prueba de las 1.000 Millas de Londres a Edimburgo y viceversa, organizada por el imponente y exuberante secretario del Club, Claude Johnson. Entre sus compañeros de participación se encontraba The Hon Charles Stewart Rolls, y los tres se hicieron muy amigos.
En 1904, Edmunds había adquirido un interés comercial en Parsons Non-skid Co Ltd, que fabricaba "cadenas" que se ajustaban a los neumáticos de los automóviles para evitar lo que se conocía como "deslizamiento". A finales de abril de ese año participaron en una competición, las Slide Slip Trials, pero en el último momento se quedaron sin un coche adecuado. Edmunds le preguntó a Royce si podían utilizar su primer coche de 10 CV. Royce estuvo de acuerdo y el coche fue enviado rápidamente en tren a Londres, donde Edmunds lo condujo con éxito en la prueba de 1.000 millas. Charles Rolls también participó, pero no hay constancia de que tuviera nada que ver con el coche de Royce.
Edmunds quedó enormemente impresionado por el 10 HP. También sabía que Rolls estaba buscando desesperadamente un automóvil de alta calidad fabricado en Gran Bretaña para venderlo en su próspero concesionario de Londres. Estaba decidido a unir a los dos hombres y se ganó un lugar en la historia cuando, el 4 de mayo de 1904, en el Hotel Midland de Manchester, anunció: "Henry, ¿puedo presentarte a Charles Rolls?".