Los fabricantes consideran difícil en crisis cumplir los objetivos de CO2

Los fabricantes consideran difícil en crisis cumplir los objetivos de CO2

La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) considera muy difíciles de cumplir en un momento de crisis económica los objetivos de emisiones de CO2 de coches y furgonetas confirmados ayer por la Comisión Europea.

La Comisión Europea (CE) establecía ayer los objetivos obligatorios de reducciones de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de aquí a 2010, que ya estaban recogidos en la legislación europea pero que estaban pendientes de revisión.

La Unión Europea estableció en 2008 que los fabricantes debían reducir las emisiones de los turismos nuevos a 130 gramos por kilómetro en 2015 y a 95 gramos en 2020.

Ante este anuncio, ACEA ha anunciado que trabajará ahora con sus miembros para llevar a cabo un análisis completo de cómo las metas propuestas deben alcanzarse, así como su viabilidad, y lo que esto significa en la práctica para la industria en su conjunto.

La industria automovilística, asegura ACEA en un comunicado, comparte las preocupaciones sobre el calentamiento global y contribuye activamente para encontrar soluciones sostenibles.

En 2011, las emisiones de la flota promedio fueron de 136.6 gramos de CO2 por kilómetro frente a los 186 de 1995, lo que supone un descenso del 26.6 por ciento durante el período.

"Está claro que los niveles de CO2 de los vehículos tienen que continuar su tendencia a la baja y la industria se ha comprometido a cumplir con esto", dijo Ivan Hodac, secretario general de ACEA.

Sin embargo, la propuesta para alcanzar un objetivo de la flota de la media de 95 gramos para los turismos y de 147 gramos para las furgonetas es extremadamente difícil.

"Estos son objetivos difíciles, los más severos del mundo", según Hodac, que añade que las metas propuestas para la flota europea son mucho más estrictas que las de Estados Unidos, China o Japón.

Estas exigencias incrementarán los costes de fabricación en Europa, creando una desventaja competitiva para la región y ha desacelerado más la renovación de parque.

En el contexto de la disminución de las ventas de automóviles en los últimos cinco años, los objetivos propuestos supondría una presión adicional sobre los fabricantes.

En 2012 se esperan que las matriculaciones disminuyan alrededor de un 7 por ciento respecto a 2011 y las ventas van a caer de 13.1 millones a 12.2 millones. Se trata de una baja sin precedentes desde 1995.

Teniendo en cuenta que la mayoría de los fabricantes están perdiendo dinero en Europa en este momento, la industria necesita un marco regulatorio viable.

La industria es diversa, la legislación de CO2 es compleja, y las repercusiones en los costes son enormes, según asegura la patronal de los constructores europeos de automóviles.

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