La Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA) y la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) explicaron en un comunicado que el código de conducta firmado por ambas ofrece "orientaciones" sobre el planteamiento necesario para superar la crisis del COVID-19, entre las que se encuentran indicaciones sobre la salud y seguridad en el lugar de trabajo y los requisitos contractuales.
"El ecosistema de la automoción se asemeja a un complejo aparato de relojería y corremos el riesgo de que el estancamiento actual y sin precedentes de las operaciones dañe gravemente a una industria próspera, innovadora y competitiva", subrayaron ambas asociaciones.
Por esta razón, el código de conducta pretende favorecer un "reinicio a tiempo y bien coordinado del sector" que "mitigue" el impacto de la crisis del coronavirus.
CLEPA y ACEA calculan que unos 13.8 millones de europeos trabajan directa e indirectamente en la industria de automoción, y que, como consecuencia de la crisis sanitaria, más de 1.1 millones de empleados de los fabricantes de automóviles están en situación de regulación temporal de empleo.
"Se estima que la pérdida de ingresos corresponderá a porcentajes de dos dígitos", explicaron las asociaciones, para quienes la incertidumbre "sigue siendo alta" en cuanto a la rapidez con la que el sector podrá recuperarse.