El transporte y, con mayor razón, la movilidad deben comprenderse como parte de las condiciones generales de la reproducción social no sólo por los autos sino por las fuentes energéticas, infraestructuras y equipamientos.
En el artículo Tendencias emergentes en el transporte y la movilidad, que forma parte de su libro El futuro de la movilidad urbana y los vehículos autónomos, el académico de la Unidad Xochimilco indica que en las tendencias que se observan para el desplazamiento individual ya se esboza en algunos de los componentes actuales el transporte como un servicio.
En el futuro previsible se espera un predominio de nuevos coches con fuentes energéticas a base de pilas que sean directamente alimentados por energía eléctrica o por celdas de hidrógeno, y con alternativas híbridas que se mantendrán conviviendo con las opciones tradicionales con base en hidrocarburos.
Entre las opciones destacan también la renta de bicicletas para realizar recorridos urbanos acotados y el car sharing, es decir, la renta de vehículos por lapsos cortos. En el caso de la Ciudad de México se trata de una iniciativa incipiente que intenta sondear las posibilidades y sobre todo las condiciones mercantiles de la servicialización de este tipo de desplazamiento personal urbano.
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La idea fundamental del car sharing es hacer énfasis en la perspectiva utilitaria e intermodal del uso del automóvil mediante esquemas de renta por plazos cortos sin que exista propiedad del automotor por parte del usuario, considera el profesor del Departamento de Teoría y Análisis.
La oferta tiene una implementación que privilegia áreas específicas del territorio capitalino y que corresponden a los barrios de clase alta y a las principales universidades privadas, ya que estas empresas sobre todo están interesadas en el mercado de jóvenes económicamente solventes.
El transporte y la movilidad urbana tienen un papel fundamental en el proceso de reproducción económico-social de las principales ciudades del planeta, por eso las infraestructuras y sus efectos útiles forman parte de las imprescindibles condiciones generales de la circulación requeridas por el proceso de acumulación del capital para posibilitar la circulación de bienes para la producción, el intercambio y el consumo.
Esta relevancia ha ido aumentando por el incremento en la magnitud del espacio para la manufactura y la intensidad de los intercambios que en la presente etapa de globalización han alcanzado una amplitud sin precedentes.
Para el Coordinador del grupo de Movilidad y Transporte Urbano las condiciones generales de la circulación y de la reproducción social tienen en el transporte y el desplazamiento urbano uno de los componentes fundamentales para el funcionamiento de la ciudad actual junto a las telecomunicaciones.
El doctor Navarro Benítez anticipa que la potencial servicialización del tránsito individual de personas en las principales ciudades será una expresión particular de la tendencia a combinar el uso de diversos asuntos como el internet de las cosas, la teledetección, la aplicación de sistemas de posicionamiento global para la georreferenciación continua en tiempo real y la explotación del Big Data, con el servicio de movilidad urbana de individuos.
Estas combinaciones tecnológicas posibilitarán el desarrollo de otros campos de negocios, en los cuales la disponibilidad de información de los ciudadanos que se mueven será materia prima y producto fundamental para su conversión en mercancías o para su eventual utilidad con objetivos sociales.