Pero mientras que el ritmo vertiginoso que ofrece el sistema de propulsión rico en torque de un EV a menudo se cita como una de sus cualidades más atractivas, el rendimiento no es necesariamente lo mismo que el "carácter". Para algunos, el inevitable declive de la combustión interna y los motores de altas revoluciones que han conmovido el alma durante décadas es algo de lamentar.
Por supuesto, los equipos de desarrollo de las marcas de automóviles, y en particular aquellos que se enfocan en el rendimiento, son muy conscientes de esto y están decididos a abordar el desafío de los vehículos eléctricos de frente.
Tres décadas en F1 y otros deportes de motor de vanguardia le han dado a McLaren Applied una visión única de todas las formas de propulsión, y nos gusta describir esta etapa en la que nuestros clientes se encuentran ahora como la última 'ola' de electrificación.
La primera ola involucró a los primeros pioneros de la tecnología, inevitablemente caracterizada por Elon Musk colocando algunas baterías de computadoras portátiles en la parte trasera de un Lotus Elise en 2008. La segunda ola vio cómo los vehículos eléctricos irrumpieron en la conciencia pública, ya que los legisladores exigieron emisiones reducidas y el interés y la confianza del público en la tecnología aumentó. Esto culminó con los primeros vehículos eléctricos comparables en alcance y rendimiento a los autos ICE, como el Jaguar I-PACE y el Mercedes EQC. Un momento decisivo, pero no el punto de inflexión.
Ahora nos enfrentamos a la tercera y cuarta ola de electrificación automotriz, que nos llevará a una era de movilidad en la que dominan los vehículos eléctricos. Aquí es donde los fabricantes de automóviles priorizarán el desarrollo de vehículos eléctricos súper eficientes que se alineen con la experiencia del conductor que desean ofrecer y el espíritu de su marca.
El enfoque inmediato debe estar en lograr una mayor eficiencia del tren motriz, y esto es lo que vemos definiendo la tercera ola. El panorama competitivo está aumentando significativamente ahora que todos los fabricantes han establecido sus puntos de entrada de productos. Los modelos basados en arquitecturas dedicadas de 800 V están liderando el camino, impulsando lo que llamamos el ciclo virtuoso. Un tren motriz eficiente tiene inherentemente una batería más pequeña, lo que hace que el vehículo sea más económico, más liviano y más fácil de controlar, y ofrece una menor huella de carbono en términos de materias primas. También aumenta el alcance y acelera los tiempos de carga, generando confianza en la tecnología.
La cuarta ola estará definida por la experiencia del conductor. Más modelos eléctricos en el mercado significan una mayor necesidad de diferenciación, especialmente con las marcas del mercado masivo que ya le están ganando terreno a las marcas deportivas. Hoy en día, puede comprar un EV compacto que acelera más rápido que un Lamborghini, lo que puede ser muy divertido en las luces, pero no necesariamente para desarrollar ese "carácter" tan importante y el compromiso del conductor. El carácter no solo se relaciona con vehículos eléctricos de alto rendimiento: también puede definir capacidades de arranque y parada suaves para vehículos comerciales que transportan mercancías frágiles.
Creemos que diferenciar la experiencia del conductor a través de la aplicación de hardware y software de transmisión será crucial. A través de la tecnología avanzada de inversor y el software para el control de la motricidad fina, los ingenieros pueden comenzar a programar diferentes características en los vehículos, brindando la experiencia de conducción más adecuada para su marca y tipo de automóvil. Otro factor es el refinamiento: a través del control motor fino podemos evitar frecuencias de excitación desagradables en el motor, para una conducción más refinada. El Porsche Taycan se considera correctamente como un EV de referencia, y se conduce mejor que la mayoría debido a la forma en que ejerce control sobre sus motores eléctricos.
La cuarta ola anuncia un cambio en la forma en que definimos la experiencia del conductor, cuya importancia no debe subestimarse. A la gente todavía se le debería ofrecer la oportunidad de 'disfrutar' conduciendo su coche. La tecnología progresiva ciertamente no tiene por qué ser aburrida y, según las conversaciones que estamos teniendo con los fabricantes de automóviles, es probable que la próxima generación de vehículos eléctricos sea más placentera de conducir que nunca.
Por Steve Lambert, director de electrificación de McLaren Applied