Ahora que los autos están llenos de más tecnología que nunca, el experto en conectividad VNC Automotive cree que es hora de que reconozcamos que el interior de los autos modernos corre el riesgo de volverse casi tan molesto como lo que sucede afuera.
“La competencia por la atención del conductor nunca ha sido tan grande”, dice Tom Blackie, director ejecutivo de VNC Automotive. “Las carreteras están más transitadas que nunca, las pantallas táctiles dominan los interiores de los vehículos y vivimos vidas cada vez más conectadas. Eso significa que ahora hay muchas más oportunidades para que el conductor se concentre en otra parte”.
No solo eso, sino que los autos modernos están repletos de sistemas dispuestos a emitir una cacofonía de advertencias y alertas, reprendiéndonos por desviarnos sobre una línea blanca sin indicar, o exigiéndonos que tomemos un descanso cuando estamos a millas del área de servicio más cercana.
“Se han convertido en el último conductor del asiento trasero”, dice Blackie, “interrumpiendo la tarea de conducir para emitir críticas pero sin suficiente contexto para ser útil”.
Es fácil ver cómo llegamos aquí. Las medidas de seguridad puramente pasivas, como los airbags y las zonas de deformación, han llegado ahora [2] al límite de su potencial, y no se esperan más desarrollos importantes. Además, la visibilidad ha pasado a un segundo plano a favor de la protección de los ocupantes y las consideraciones estéticas, lo que lleva a líneas de cintura altas, pilares gruesos y aberturas de ventanas más pequeñas que dan como resultado campos de visión más estrechos para el conductor.
Para compensar, la industria ha adoptado tecnologías activas que se basan en cámaras, radares y otros sensores montados externamente, y con cada nueva generación de vehículos parece que se les delegan más responsabilidades de conducción.
Tan arraigado está este enfoque que los organismos de prueba como Euro NCAP ahora exigen su instalación antes de otorgar el complemento completo de estrellas, llegando incluso a retener puntos en caso de que una característica requerida no se instale como estándar.
Sin embargo, hay evidencia [3] que sugiere que los autos más nuevos ahora tienen más probabilidades de verse involucrados en accidentes en los cruces o cuando se unen al tráfico, escenarios en los que la distracción puede ser particularmente peligrosa. Y si bien se conocen bien los riesgos asociados con las miradas largas fuera de la carretera, como cuando se interactúa con un teléfono móvil, se necesita más investigación sobre los impactos de múltiples miradas cortas que son típicas cuando se interactúa con una pantalla táctil, por ejemplo.
“Nuestra experiencia adquirida como resultado de tener nuestra tecnología instalada en 35 millones de vehículos en todo el mundo nos ha demostrado que existe una diferencia sutil pero significativa entre una interfaz que ofrece una ventana elegante al mundo digital y una que entierra la funcionalidad básica en el centro de un laberinto. Como defensores de la tecnología que facilita las interacciones al no estorbar, diseñamos nuestras interfaces para reducir la necesidad de miradas de confirmación fuera de la carretera. Quizás ha llegado el momento de reconocer la seriedad de este desafío y pedir a nuestras organizaciones de seguridad que desarrollen evaluaciones formales para la distracción en el vehículo”, sugiere Blackie.
Es posible que Euro NCAP ya esté en el caso. A partir de 2023, los vehículos deberán estar equipados con monitoreo directo del conductor [4] para tener la oportunidad de lograr un puntaje completo en la categoría Monitoreo del estado del ocupante (OSM), con el sistema repartiendo advertencias en caso de que la atención del conductor se desvíe demasiado de la tarea de conducir.
Esto plantea la posibilidad de que se amoneste a un conductor por profundizar en un menú de pantalla táctil para ajustar la temperatura, por ejemplo, una situación poco atractiva que cualquier fabricante de automóviles, sin duda, estará dispuesto a abordar. Pero también introduce la posibilidad de ajustar los sistemas de un vehículo en respuesta al nivel de atención actual del conductor. Las características de ADAS, como la advertencia de colisión frontal, podrían ajustar su sensibilidad para enviar advertencias antes si la atención del conductor está en otra parte, mientras que lo contrario también podría ser cierto, ofreciendo una retroalimentación menos intrusiva si se considera que el conductor está mucho más alerta. Incluso podría ser posible ajustar el diseño de las pantallas del vehículo en respuesta a la situación actual, simplificando la visualización en una autopista muy transitada, por ejemplo.
Mientras tanto, la industria continúa mirando hacia un futuro que utiliza una mayor autonomía de los vehículos para legitimar las oportunidades para que los conductores aparten la vista de la carretera.
“Si esperamos que los conductores puedan retomar el control en caso de que una función de asistencia no funcione como se espera, comprender la distracción tanto física como cognitiva será cada vez más importante”, concluye Blackie.