Mantén tus llantas en el inflado ideal
Revisa el estado de tus neumáticos y revisa su presión. Esta debe estar de acuerdo con los niveles que marca el fabricante y los puedes encontrar en el marco de la puerta o en el manual de usuario. Recuerda que se las llantas se inflan cuando estás recorriendo los primeros metros con tu vehículo. No al final de un trayecto largo.
Velocidad constante
La ventaja de un viaje largo es que los trayectos en carretera (libre o de cuota) tienen momentos donde no requieres cambios bruscos de aceleración o frenado. Utiliza esos momentos para mantener una velocidad constante y con esto estarás ahorrando una buena cantidad de combustible. Algunos vehículos tienen la función de “control de crucero”, ideal para esta necesidad. ¡Úsala!
Toma en cuenta que también al pisar el acelerador para rebasar, implica un amplio consumo de gasolina.
Aire acondicionado por aire natural
Viajar con el aire acondicionado apagado también se traduce en un menor consumo de combustible. Si puedes abrir las ventanas para disfrutar de tus recorridos, opta mejor por esa opción.
Considera el tamaño de tu auto y el peso del equipaje
Toma en cuenta que mientras más grande sea el auto, mayor será su consumo de gasolina. No es lo mismo viajar en un auto sedán, que en un SUV. Así que toma en cuenta la cantidad de equipaje y pasajeros para saber qué vehículo utilizar, en caso de algún viaje de negocio o placer.
También el peso del equipaje se traduce en mayor consumo, así que opta por viajar ligero en ese rubro.
Aprovecha la tecnología de tu vehículo
Hoy en día hay una amplia gama de opciones de vehículos que ofrecen la modalidad ECO que ayuda al manejo eficiente y óptimo para ahorro de combustible.
Planea con anticipación
Antes de salir de casa, analiza con detalle las rutas de tu viaje para que evites vueltas, desviaciones o retornos en vano que pueden retrasar tu llegada a tu destino y generar un considerable gasto de combustible.