La planta estará localizada en la localidad de Taylor, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Austin, donde Samsung ya tiene una planta de semiconductores.
La nueva planta será de mayores dimensiones que la de Austin y empleará hasta 2.000 personas.
Samsung dijo en un comunicado que allí producirá procesadores avanzados para aplicaciones en áreas como movilidad, 5G, computación de alto rendimiento e inteligencia artificial.
La planta no empezará a producir chips hasta la segunda mitad de 2024 por lo que no aliviará la crisis de semiconductores que atenaza al sector del automóvil norteamericano, entre otros sectores industriales, y que ha obligado a reducir el número de vehículos que se fabricarán este año.
La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, ha establecido como prioridad nacional el incremento de la producción local de semiconductores para reducir la dependencia de chips procedentes del extranjero y evitar que se repita la crisis de suministro de este año.
El Senado estadounidense ha aprobado un plan para destinar 52,000 millones de dólares en subsidios para la construcción de nuevas plantas de producción de chips.
Según ha señalado la Asociación del Sector de Semiconductores, que agrupa a los productores de semiprocesadores del país, la cuota global de producción de chips de Estados Unidos se ha reducido del 37 % en 1990 al 12 % en la actualidad.
El vicepresidente del consejo de administración y consejero delegado de Samsung Electronics, Kinam Kim, declaró que la mayor capacidad de producción que proporcionará Taylor permitirá a la compañía surcoreana "servir mejor las necesidades" sus clientes y "contribuir a la estabilidad de la cadena global de suministro de semiconductores".