La rebelión en Libia se perfila como un peligro para la economía mundial

La rebelión en Libia se perfila como un peligro para la economía mundial

La rebelión en Libia, que ha disparado el precio del petróleo, se perfila como un peligro para el crecimiento de la economía mundial, lo que significaría un estancamiento o la vuelta a la recesión de algunos países.

Con Libia, los levantamientos populares en el Norte de África y en Oriente Medio golpean a un gran productor de petróleo, con una extracción diaria de unos 1.7 millones de barriles - de los que exporta el 80 por ciento a Europa-, y con las mayores reservas de petróleo de África.

De momento, es difícil definir todas las consecuencias económicas de la crisis porque dependerán de su duración y de si la tensión política se extiende a otros países como Arabia Saudita, Irán, Iraq o Nigeria, ya que entonces la caída de la exportación y producción de crudo no se podrá compensar.

Pero ya se han dejado notar los primeros efectos en el encarecimiento del crudo en las gasolineras donde el precio del combustible está en máximos históricos.

El petróleo Brent del mar del Norte -de referencia en Europa- rozó el jueves en Londres la barrera de 120 dólares por barril, 18 dólares más que hace una semana, tras la interrupción de exportación de crudo de Libia y después de que las petroleras Wintershall, Repsol YPF, Total, Eni y BP suspendieran sus actividades de exploración en el país árabe.

El banco UniCredit prevé que, "incluso si Gadafi es derrocado rápidamente, el precio del petróleo permanecerá en los niveles actuales, al menos a corto plazo".

Arabia Saudita ha intentado tranquilizar a los mercados al asegurar que su país y la OPEP compensarán cualquier falta de suministros, aunque de momento no ven necesidad de hacerlo.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, consideró que los precios del petróleo superarán la crisis desatada en Libia y volverán a estabilizarse.

El Brent se estabilizó el viernes en Londres en torno a 113 dólares.

UniCredit ha revisado al alza sus pronósticos del precio del petróleo para 2011 a una media de 110 dólares el barril (antes 95 dólares), la media anual más alta hasta ahora, y de 105 dólares para 2012.

Por ello las presiones inflacionistas ya existentes se intensificarán más, sobre todo en los precios de materias primas agrícolas, según los expertos.

Los efectos del aumento del precio del petróleo sobre el crecimiento parecen manejables en caso de que la situación en Libia vuelva a la normalidad pronto, como ocurrió en Túnez y Egipto.

El economista del Instituto de Investigación Económica Ifo Gernort Nerb dijo a Efe que si, por el contrario, el precio del petróleo se sitúa en 120 dólares durante un año, lastrará el crecimiento económico de Europa en medio punto porcentual.

Las empresas que trabajan directamente con petróleo ya han mostrado su preocupación, porque deberán traspasar el encarecimiento del crudo al precio final de sus productos.

El consejero delegado del grupo químico alemán BASF, Jürgen Hambrecht, dijo al presentar el resultado de 2010 esta semana que la compañía ha "tenido un comienzo muy fuerte en 2011, pero de todas formas hay preocupación por Libia".

Volkswagen, el mayor productor automovilístico de Europa, se mostró optimista respecto a 2011, pero también alertó de la volatilidad en los precios de las materias primas.

En este contexto de subida de los precios, el Banco Central Europeo (BCE), cuyo único mandato es asegurar la estabilidad de precios, se encontrará en el dilema de tener que subir los tipos de interés de forma moderada para frenar la inflación a costa de entorpecer el crecimiento. Veneno para la economía de España y el resto de países periféricos de la zona del euro, según los expertos.

La Reserva Federal estadounidense (Fed) no se ve obligada a subir las tasas de interés por el encarecimiento del crudo, ya que su mandato es fomentar el crecimiento económico, crear empleos y controlar la inflación, dijo Nerb.

La inestabilidad en el norte de África ha asustado a los inversores que desde hace semanas buscan inversiones consideradas tradicionalmente seguras, como el franco suizo, que esta semana batió un récord histórico frente al dólar en 0.9240 dólares.

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