El frío, el hielo y la nieve no son lo único que castiga la batería del coche en invierno. El uso irregular del vehículo y los trayectos cortos afectan a la potencia de arranque de la batería.
"Un error frecuente de los conductores es pensar que la batería no tiene que suministrar energía con el motor apagado", explica Rocío Fernández Palomar, directora de marketing de Johnson Controls en España.
"Sin embargo, sistemas como las alarmas, las cerraduras de las puertas, la función Keyless-Go y los sistemas de navegación también necesitan energía cuando el coche está estacionado. Adicionalmente, el desempañador y la ventilación se someten a un uso continuo y más intensivo en invierno contribuyendo a descargar la batería".
Por ello, es recomendable realizar un mantenimiento periódico de la batería una vez al año en un taller especializado.