El fallo señaló que la base para aceptar una solicitud de ese tipo debe de ser "relativamente limitada" y centrarse en si la reestructuración podrá tener éxito.
De acuerdo con Apelación, "no hay ningún motivo razonable para suponer que no se pueda lograr el objetivo de la reestructuración" de Saab Automobile y de sus filiales Saab Automobile Powertrain y Saab Automobile Tools.
La resolución revoca el dictamen inicial del tribunal de Vänersborg, que había rechazado la solicitud de Saab el pasado día 8 al considerar que no cumplía las condiciones para acogerse a este modelo y someterse a administración judicial, por lo que no se podía presumir que la empresa pudiese alcanzar su propósito.
Apelación consideró que la corte de primera instancia se había excedido en sus funciones, ya que un análisis de los planes y las soluciones financieras de la compañía como el que hizo exigiría un estudio más detallado, algo que no figura en la ley.
El dictamen de Apelación consideró que el compromiso de los inversores chinos Youngman y Pang Da de invertir 245 millones de euros y participar en el accionariado de Saab Automobile es suficiente para poder reanudar la producción, parada desde marzo.
El interés mostrado por bancos internacionales de asumir los préstamos del fabricante sueco inyectaría más liquidez a la empresa, señaló Apelación, que consideró que la estimación del fallo inicial de que la marca Saab ha perdido prestigio no tiene base.
El dictamen de Apelación fue aprobado con el voto en contra de uno de los cuatro jueces.
El tribunal de Vänersborg deberá ahora elegir a un administrador judicial para asumir el control de la empresa por tres meses prorrogables y marcar una fecha para la reunión de acreedores.
El fallo de hoy mejora ostensiblemente la situación de Saab Automobile, que ahora podrá pedir la suspensión de las solicitudes de quiebra por impago que contra la empresa habían presentado hace unos días varios sindicatos y proveedores.
Las centrales de trabajadores representadas en el fabricante sueco, que da a empleo a 3,600 personas en su fábrica de Trollhättan (oeste de Suecia) y de forma indirecta a 10,000, saludaron con júbilo la decisión de Apelación.
Saab Automobile suspendió pagos por primera vez en febrero de 2009, y permaneció bajo administración judicial seis meses, pero a pesar de un préstamo de 400 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones, avalado por el Gobierno sueco, y de otras inyecciones de capital, la situación fue empeorando progresivamente.
La aparición hace un año como compradora de la firma holandesa Spyker Cars, rebautizada Swedish Automobile, evitó que la estadounidense General Motors, propietaria de Saab, la desmantelara como tenía previsto.
La falta de liquidez obligó a Saab a suspender su producción hace seis meses y a no poder pagar la última nómina a sus empleados, que ahora podrán cobrar del fondo de garantía estatal al aceptar los tribunales la solicitud de reestructuración.