La iniciativa, promovida a través de una red social, cuenta con decenas de miles de seguidores y, según la Federación belga de carburantes (BRAFCO) no se espera que tenga un verdadero impacto sobre los precios.
"Es una reacción legítima, pero la acción se equivoca de objetivo", comentó a la agencia de noticias Belga un portavoz de BRAFCO, quien considera que sólo penalizará económicamente a los pequeños negocios que no tienen poder para fijar los precios en Europa ni en el mundo.
Los promotores de la protesta, bautizada como "boicot a los surtidores", esperan que la movilización sea masiva y animan a los consumidores a recargar este fin de semana sólo la cantidad mínima necesaria.
Más de 62,000 internautas se han sumado ya a la iniciativa a través de internet, lo que no garantiza un impacto real en la práctica.