El importe total de estas operaciones ascendió en 2009 a 121 mil 900 millones de dólares (96 mil millones de euros), frente a los 31 mil 600 millones de dólares de 2008 (24 mil 900 millones de euros), y la mayoría se concentró en inversiones de los gobiernos para salvar la industria.
En este sentido se alude expresamente a la inversión, por parte del departamento del Tesoro estadounidense, en el sector con el fin de evitar el colapso de su industria automovilística.
Pese a la evolución de este importe económico, el número de operaciones se elevó el año pasado a 532, un 3 por ciento menos con respecto a 2008, la cifra más baja desde 2004.
Las diez mayores operaciones del año se iniciaron antes de 2009 y sumaron un total de 112 mil 400 millones de dólares (88 mil 666 millones de euros), es decir, el 92 por ciento del valor total frente a los 21 mil millones (66 por ciento) del año anterior, aunque únicamente tres de esta decena se consideraron estratégicas.
Entre estas inversiones destaca la de 69 mil 100 millones de dólares (54 mil 536 millones de euros) del departamento del Tesoro para la reestructuración de General Motors o Chrysler.
Otras operaciones fueron las protagonizadas por Porsche y Volkswagen, y Schaeffler KG, fabricante alemán de rodamientos, y Continental AG, proveedor de componentes, por 16 mil 300 millones de dólares (12 mil 861.4 millones de euros).
El informe apunta como tendencias inversoras a medio plazo en la industria del automóvil que el capital privado tardará en volver al mercado de las fusiones y adquisiciones tras "los pobres índices de rentabilidad obtenidos en 2008 y 2009".
Asimismo, las desinversiones continuarán durante 2010 y las compañías se desharán de los activos no deseados para concentrarse en su negocio principal y obtener ingresos para invertir en investigación, desarrollo y estrategias de crecimiento.
Las nuevas regulaciones, tecnologías y exigencias de los consumidores impactarán directamente en las transacciones de este año y, probablemente, de la próxima década.
Ello se refiere a las emisiones de CO2, las normas de seguridad, la economía de combustible, el crecimiento de los coches eléctricos e híbridos, entre otros.
La capacidad de las compañías para crecer basándose en estas tendencias será un factor clave a la hora de plantear muchas ofertas.
El crecimiento de muchos países en desarrollo impulsará operaciones en los próximos años.
El panorama se completa con la consolidación de los fabricantes chinos, así como de sus proveedores, para competir a escala global.
La industria china está fragmentada en más 7 mil 800 proveedores y 80 fabricantes de equipamiento original, por lo que el gobierno del país asiático ha comenzado a impulsar la consolidación de este sector.
Las subvenciones y los incentivos fiscales pueden continuar hasta la estabilización de la demanda mundial, pero se advierte que las inversiones directas por parte de los gobiernos en 2009 pueden convertirse en un obstáculo y crear conflictos entre los intereses públicos y los privados.
Pricewaterhouse Coopers entiende que el mercado del automóvil empieza a mostrar signos positivos y presta distintas oportunidades para compradores estratégicos y financieros.