Cerca de 90 jefes de Estado y de gobierno, familiares y decenas de miles de sudafricanos rindieron tributo al ícono nacional, que hace justo hoy 20 años recogió el Premio Nobel de la Paz y que falleció el jueves a los 95 años.
"Un faro para la esperanza", dijo el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon sobre el activista que luchó contra el fin del régimen de segregación racial que imperaba en el país. "Nelson Mandela nos enseñó el camino" y el resultado es sólo el compromiso de seguir su ejemplo.
La persistente lluvia acompañó el acto central de las ceremonias, a la que finalmente acudieron menos personas de las esperadas debido al mal tiempo. Entre los invitados oficiales se encontraban el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, que protagonizaron uno de los gestos de la jornada al estrecharse la mano. Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba están enfrentados desde hace más de cinco décadas y ambas naciones no mantienen relaciones diplomáticas.
Obama fue recibido con gran alegría por parte de los asistentes y pronunció uno de los discursos más emotivos. "Aunque nunca alcanzaré el ejemplo de Madiba, me hace querer ser mejor hombre", dijo Obama durante su discurso en el funeral oficiado en el estadio de Johannesburgo.
"La dignidad y la esperanza de ustedes se vieron reflejadas en su vida. La libertad y democracia son su preciada herencia", agregó el mandatario estadounidense, que considera a Mandela "un gigante de la historia".
El presidente cubano, Raúl Castro, otro de los oradores de la ceremonia, aseguró que Mandela pasará a la Historia "porque fue capaz de arrancar de su alma todo el veneno que pudo crear tan injusto castigo, por la generosidad y la sabiduría con que en la hora de la victoria supo dirigir con gran talento a su heroico pueblo, conociendo que la nueva Sudáfrica no podría jamás construirse sobre cimientos de odio y venganza". Castro citó así las palabras de su hermano Fidel, con quien el primer presidente negro de Sudáfrica mantuvo una gran amistad.
A diferencia de lo ocurrido con Obama, el presidente sudafricano Jacob Zuma recibió sonoros abucheos. Tan pronto como apreció la imagen de Zuma en las grandes pantallas del estadio se escucharon fuertes expresiones de disgusto. También abuchearon cuando inició su intervención en el acto.
Por su parte, Ban Ki-moon calificó a Mandela de "héroe para el mundo" y "padre de Sudáfrica". Los familiares de Mandela lo elogiaron como el pilar de la familia. El general Thanduxolo Mandela dijo que deseaba que el espíritu conciliador de Mandela siguiese resonando en el mundo durante mucho tiempo. El vicejefe del partido del gobierno CNA calificó a Mandela como un "profesor" para sus compatriotas. "Hagamos todo para que el sueño de Madiba no muera", dijo.
Los restos mortales del primer presidente negro de Sudáfrica no fueron trasladados hasta el estadio. El domingo será enterrado en la localidad de Qunu, la aldea donde creció Mandela en el sur del país. "El siempre fue un hombre sencillo del pueblo. Era un hijo de África", dijo Thanduxolo Mandela.
Ya en las primeras horas de hoy miles de sudafricanos acudieron al estadio, con capacidad para 94,000 personas y fuertemente custodiado por la policía. Algunas de ellas pasaron toda la noche junto al estadio para asegurarse un lugar. Por la mañana acudieron miles de personas cantando y bailando a la estación. Portaban banderas sudafricanas e imágenes de Mandela. "Tenía que venir aquí a honrar al hombre que luchó para que nuestro país fuese libre. Él es nuestro icono y le quiero presentar mis respetos", dijo Thuto Motsepe. Cada tanto las personas congregadas cantaban "Tata Mandela" (Padre Mandela).
Al funeral acudió el mayor número de jefes de Estado y de gobierno de la historia, según indicó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores sudafricano, Clayson Monyela, quien habló de un enorme desafío de organización y logístico. En este gran acto hasta el momento no se ha registrado ningún incidente o fallo. La ceremonia comenzó con una hora de retraso y se pudo seguir en numerosos puntos del país a través de pantallas gigantes.