Holanda exige ante ese tribunal la puesta en libertad inmediata de los 30 activistas de Greenpeace y sus acompañantes que viajaban en el barco y que fueron detenidos hace más de un mes tras realizar una protesta contra la extracción de crudo en el Ártico.
Todos enfrentan la acusación de piratería, por lo que podrían ser condenados a 15 años de cárcel.
En los últimos días el tribunal ruso de Murmansk que lleva el caso fue rechazando las apelaciones de numerosos acusados. Entre ellos hay una activista brasileña y dos argentinos, así como dos holandeses.
Holanda decidió acudir al tribunal internacional después de que un proceso de arbitraje no llevara a ningún resultado.