La exposición, titulada "Reconocimiento a Damià Mateu Bisa, fundador de la Hispano-Suiza", que se podrá visitar hasta el 22 de septiembre en el jardín del Palau Robert, pretende dar a conocer la figura de este empresario a través de fotografías y textos de un dossier de la Hispano de hace muchos años, han informado los organizadores.
El primer apartado de la muestra detalla la figura de Damià Mateu como empresario y el segundo hace una descripción del personaje y de la época a partir de imágenes: la fábrica, el mito, la marca, la tierra, el aire, el prestigio, la elegancia, la belleza e incluye unas imágenes finales de anuncios de la época.
La exposición, que cuenta con la colaboración del Grupo Peralada, actual propietario de la marca Hispano-Suiza, se trasladará después a Peralada (Girona).
El industrial y político catalán Damià Mateu nació en 1863 en Llinars del Vallès (Barcelona) y junto con Marc Birkigt fundó, en 1904, la Sociedad Anónima Hispano-Suiza para la producción de automóviles de lujo, que fue pionera en la proyección internacional de la industria de la automoción de Cataluña.
Hispano-Suiza contó con fábricas en la calle Villarroel y posteriormente en la Sagrera (actual Parque de la Pegaso) de Barcelona.
De las instalaciones de la calle de Villarroel salió en 1904 el primer coche de la marca, que fue exportado y adquirido por un cliente argentino.
El mismo año se presentó en el Salón del Automóvil de París, donde despertó un gran interés entre los fabricantes de todo el mundo. En 1910, el modelo Copa Cataluña ganó varias competiciones deportivas.
En 1911 se creó en Francia la filial francesa de la compañía, la Societé Française Hispano-Suiza y con ella la marca pudo atender mejor un mercado europeo que valoraba los modelos de la marca catalana.
Personalidades como el rey Alfonso XIII, Ava Gardner o Picasso escogieron coches de esta marca automovilística emblemática, que fue toda una revolución en el mundo de la automoción.
En 1946, Hispano-Suiza fue adquirida por ENASA y sus instalaciones del barrio de la Sagrera de Barcelona se destinaron a la fabricación de los camiones Pegaso.