El "secuestro" se produjo anoche en el Ayuntamiento de Genk (este del país) y se debió al malestar de esos trabajadores, que reprochan a los sindicatos no haber defendido correctamente los intereses de los colaboradores que trabajan para los suministradores.
Previamente, desde el jueves por la tarde, habían tenido lugar distintas reuniones entre los representantes de los sindicatos y la dirección y trabajadores de los cuatro proveedores de Ford, que terminaron sin un acuerdo.
Los secretarios sindicales habían acordado la necesidad de organizar una concertación social para las cuatro empresas juntas, lo que fue rechazado por las respectivas direcciones.
Un buen número de efectivos de la policía se presentó en el lugar, así como el propio alcalde de la localidad, Wim Dries, que fue quien finalmente logró calmar los ánimos.
Al ser liberados, los representantes sindicales reconocieron haber pasado miedo, aunque explicaron que ello no les impedirá retomar las negociaciones este viernes.
El fabricante automovilístico estadounidense anunció para finales de octubre de 2013 el cierre de su factoría en Genk, en la provincia de Limburgo, para trasladar su producción a Valencia.
La fábrica belga da trabajo directo a unas 4,300 personas, e indirecto a cerca de 5,000.