La Policía recibió el pasado sábado una llamada en la que un ciudadano belga alertaba de la desaparición de su madre, una señora de 67 años que había abandonado su domicilio para ir a recoger a una conocida en Bruselas y no había vuelto.
El hijo de Sabine Moreau informó a la Policía local de que su madre había salido a primera hora de la mañana de su casa situada en Erquelinnes, al oeste de Bélgica, con la intención de recoger a la novia de éste en la estación de trenes del Norte de Bruselas, un trayecto de 32 kilómetros que no supera los 40 minutos.
Sin embargo, lo que en principio parecía una tarea fácil se convirtió en un tour completo por Europa y la mujer circuló con su vehículo por Bélgica, Alemania y Croacia sin darse cuenta de que se había desviado de su destino previsto.
"Vi señales de tráfico en francés y en alemán. Pasé por Colonia, Aquisgrán, Fráncfort... Pero no me hice ninguna pregunta. Pisé el acelerador y continué conduciendo", aseguró la sexagenaria al diario flamenco Nieuwsblad.
Doce horas más tarde y tras varios altos en el camino para descansar, Sabine Moreau que ya estaba en Zagreb y a 1,450 kilómetros de Bruselas, se percató de que "ya no estaba en Bélgica".
La conductora aseguró a la Policía que había tenido algunos "contratiempos" con su GPS, pero que al principio logró encontrar por sus propios medios el municipio belga de Jette y que después continuó con su viaje.
"Metí la dirección y después el GPS dio varios rodeos. Ahí fue cuando algo debió de salir mal", indicó la conductora.