En el tercer trimestre, el más seguido por los inversionistas y analistas estadounidenses, la caída del beneficio fue aún mayor, del 33 por ciento, al pasar de 7,830 a 5,253 millones de dólares.
La empresa logró unos beneficios trimestrales de 2.69 dólares por acción, frente a 2.83 que preveían los analistas.
La compañía, que es la segunda empresa petrolera de Estados Unidos, atribuyó el descenso y su empeoramiento en el tercer trimestre a la reducción de la producción de petróleo y gas debido a tareas de mantenimiento y al declive natural de los pozos, así como al descenso de los precios internacionales de la energía.
El consejero delegado de la compañía, John Watson, señaló en un comunicado que los beneficios de la empresa en el trimestre fueron "sólidos" pero se comparan con las cifras casi récord del período julio-septiembre de 2011.