La apuesta fue formulada Aziz El Atiaoui, director en España de la Agencia de Inversiones Marroquí, durante las jornadas del XIII Congreso Hispano-Alemán de la Automoción.
El Atiaoui precisó que Marruecos es un país que se ha preparado en los últimos años concienzudamente para convertirse en uno de los referentes de la industria automovilística internacional, de ahí que entre sus planes figure llegar a un registro productivo de 500,000 unidades en 2015, a través de sus polos productivos de Tánger, Kenitra y Casablanca.
El Atiaoui reconoció que el perfil de esta industria es fundamentalmente exportador, y en esa línea, Marruecos quiere ser la puerta de acceso del automóvil hacia mercados subsaharianos, muy pequeños todavía, pero de importante potencial.
Según este representante marroquí la evolución macroeconómica del país despeja incertidumbres ante los retos y citó el crecimiento continuo de la economía a ritmos del 5 por ciento, la inflación controlada (entre el 0.9 y el 2 por ciento en los últimos años), un paro en tendencia a la baja y un nivel de deuda respecto al PIB bien controlado.
Uno de los puntos fuertes de esta industria naciente en el país magrebí es la progresiva captación de marcas automovilísticas, cuyo primer caso ha sido la instalación de la alianza Renault-Nissan en Tánger, así como de Dacia, marca rumana del grupo automovilístico francés, en Somaca.
Asimismo, otro paso en los ambiciosos objetivos está en la industria de componentes, donde ya se han instalado 200 empresas, algunas de primer nivel.
A este respecto ya figuran en Casablanca 90 fabricantes que dan empleo a 30,000 personas y Tánger con 110 sociedades y una mano de obra de 40,000 empleados.
La logística también se ha desarrollado de forma acelerada, hasta el punto de que en la actualidad se pueden trasladar coches entre uno y tres días a un radio geográfico entre España y Alemania.
Esa fuerza logística se intensificará con el proyecto del parque industrial Tánger Automotive City, donde se engloba la planta de Renault, y que, concluidas sus dos fases, podría pasar a gestionar anualmente el transporte de un millón de coches desde los 400,000 actuales, según el director de este complejo, Ahmed Bennis.
Las propuestas de valor de la industria automovilística marroquí, según El Atiaoui, pasan por el coste muy competitivo de la mano de obra que en un planta de 100 empleados, puede estar un 30 por ciento por debajo de una homóloga turca.
La logística también cobra fuerza con el hecho de que existen conexiones con 130 puertos de 65 países, además de las prácticas de libre comercio con 55 países.
Los incentivos del estado marroquí pasan por planes de formación para adecuar el conocimiento en la industria automovilística a 60,000 personas entre ingenieros altamente cualificados y técnicos.
Las ventajas fiscales para los inversores se traducen en 25 años de exención de impuestos cuando se instalen en zonas francas, al tiempo que no se gravan los dividendos y no se ponen trabas a su repatriación.
Estos incentivos cuentan también con el apoyo económico a los costes de producción y de instalación de maquinaria, así como subvenciones de hasta el 15 por ciento de la inversión total del proyecto.