"Éste ha sido un duro año para el sector del aluminio, con derrumbe de precios, destrucción de demanda y crisis crediticia. Aún así, Alcoa es ahora más fuerte que cuando comenzó el año", aseguró el presidente y consejero de la compañía, Klaus Kleinfeld, al presentar los resultados.
La compañía estadounidense detalló hoy que durante todo el año pasado perdió mil 151 millones de dólares (1.23 dólares por acción), una cantidad que es más de quince veces superior a los 74 millones (10 centavos de dólar) perdidos en 2008.
Entre esos dos años la facturación se redujo un 31.45 por ciento, al pasar de 26 mil 901 millones de dólares en 2008 a 18 mil 439 millones en 2009.
Sin embargo, en el cuarto trimestre del año la firma logró mejorar sus cuentas, beneficiada entre otros factores por un repunte del precio del aluminio, y perdió 277 millones de dólares (28 centavos por acción), frente a los mil 191 millones (1.49 dólares) perdidos un año antes.
La facturación trimestral fue de 5 mil 433 millones de dólares, lo que supone un descenso del 4.48 por ciento respecto de los 5 mil 688 millones ingresados un año antes, aunque también implica un incremento del 18por ciento respecto al tercer trimestre de 2009.
Pese a estas reducciones, Alcoa terminó el cuarto trimestre de 2009 con flujo de caja positivo (761 millones de dólares) por primera vez desde el segundo trimestre de 2008, cuando la recesión económica empezó a afectar en sus resultados.
Además, si se descontaran los gastos de reestructuración y otros costes extraordinarios éste habría sido su segundo trimestre consecutivo con beneficios netos.
De cara a este año, Kleinfeld detalló que Alcoa ha modificado su estructura de costos y su cartera de productos para lograr "un crecimiento rentable".
Además, "hemos creado una reserva de efectivo para capear las actuales incertidumbres económicas e invertir en oportunidades de crecimiento futuro", por lo que "Alcoa se beneficiará de todos estos logros durante muchos años", aseguró el directivo.
La difusión de estos datos suponen la inauguración de la temporada de presentación de resultados trimestrales y del conjunto de 2009 por parte de las grandes compañías estadounidenses.
Sus cuentas serán seguidas muy de cerca por analistas e inversores para evaluar cómo se han visto afectadas por la recesión económica y en qué medida están logrando recuperarse.