Por si fuera poco, Campeche se convirtió en el primer estado en alcanzar el ansiado color verde y se espera que Chiapas lo haga en breve. Conforme más entidades se sumen a este logro, las actividades escolares, económicas y recreativas se reanudarán y la movilidad será más frecuente, por lo que conducir de manera cotidiana es un panorama inminente.
Si fuiste de las personas que pudieron estudiar o trabajar desde casa y tus salidas en coche fueron esporádicas, te sugerimos poner atención a las siguientes reglas para volver a conducir con seguridad. Así, tu regreso al volante dentro de la Nueva Normalidad ocurrirá con naturalidad y volverás a sentir la confianza que quizá perdiste tras muchos meses de haber dejado tu vehículo estacionado.
1. Comprueba el estado mecánico de tu vehículo
Si tu coche o tu motocicleta pasó mucho tiempo parado y no tomaste medidas preventivas, muchos de sus componentes pudieron haberse estropeado. Por eso, si estás a punto de retomar la conducción de tu vehículo, es necesario que compruebes que está en las mejores condiciones:
Revisa que los niveles de aceite y de anticongelante sean los adecuados, y si es necesario no esperes ni un segundo para rellenar los depósitos, porque de lo contrario podrías dañar tu vehículo.
Realiza una limpieza profunda de las vestiduras y de toda la carrocería. De esta manera, además de cuidar el aspecto general de tu auto, podrás eliminar ácaros y bacterias que pueden afectar tu salud. No olvides que, en las condiciones adecuadas, el coronavirus puede subsistir hasta nueve días en una superficie, por lo que también debes desinfectar las áreas de mayor contacto (manijas, palancas, volante, tablero, etcétera).
Lleva tu auto con tu mecánico de confianza para que se cerciore de que todo funciona a la perfección y, de ser necesario, le haga un mantenimiento general.
2. Estrés, cansancio y medicinas
El temor a contraer el virus y enfermarnos de Covid-19; el impacto de tener que adaptarnos a una serie de cambios profundos y repentinos en nuestras vidas cotidianas; y el desgaste emocional provocado por las afectaciones económicas y sociales de esta crisis sanitaria pueden haber alterado nuestra salud mental y, por ende, afectado nuestras aptitudes psicofísicas para conducir.
Mientras recuperas al 100 por ciento la pericia que tenías tras el volante antes del confinamiento, es necesario que manejes con más prudencia y serenidad. Dado que la pandemia ha sido un gran detonador de cuadros de estrés y ansiedad, nuestra capacidad de concentración puede estar disminuida y corremos el riesgo de sufrir un accidente que, en otras condiciones, podría prevenirse con facilidad.
Si tus hábitos de sueño han cambiado a la par de tus actividades laborales y escolares, toma medidas para evitar la somnolencia cuando conduzcas. Y si tu médico te ha recetado tratamientos para contrarrestar algún trastorno, ten presentes los efectos secundarios que pueden tener en tu organismo.
3. Toma distancia y evita distracciones
Hasta que recuperes tu antigua coordinación motriz es necesario que guardes la mayor distancia posible con el resto de los automóviles.
Debido a la falta de práctica tu capacidad de reacción puede estar disminuida. Por eso, es importante que incrementes tu atención en el camino, evites mirar tu celular y te deshagas de cualquier otra distracción como maquillarte, comer o beber mientras conduces.
No olvides la regla de los cuadrados para calcular la distancia de seguridad óptima que debes guardar respecto del automóvil que te antecede:
Sobre pavimento seco, esta distancia debe ser al menos igual a la décima parte de la velocidad a la que circulas, pero elevada al cuadrado.
Sobre pavimento húmedo, dicha distancia será el doble que en caminos secos.
4. Maneja más despacio
De acuerdo con Damián Amaro Egea Caparrós, de la Universidad de Murcia, la conducción se desarrolla en tres diferentes niveles de actividad: control, maniobra y planificación. El primero se refiere a la capacidad de mantener el vehículo en su trayectoria; el segundo, a la manipulación del volante y de los pedales para girar, evitar obstáculos, cambiar de carril, etcétera; y el tercero a la proyección de nuestro desplazamiento y al cálculo efectivo del espacio que ocupamos con nuestro vehículo.
La complejidad de operación en cada uno de los tres niveles es distinta, pero combinados forman una red intrincada de habilidades motrices y perceptuales que la práctica afina, aunque nunca lleguemos a desarrollarlas por completo. Lo cierto es que, como señala este experto, el ser humano aún no ha alcanzado un desarrollo evolutivo óptimo para desplazarse a grandes velocidades, por lo que siempre es necesario manejar despacio para prevenir riesgos.
Con la falta de práctica, un imprevisto puede resultar fatal si tu margen de reacción es de apenas unos segundos y no estás listo para actuar. Con el fin de que vuelvas a manejar seguro, es necesario que te des un tiempo para procesar los estímulos del camino, tomes buenas decisiones y vuelvas a adecuarte a la conducción afinando tus sentidos. Por eso, en la medida de lo posible, disminuye tu velocidad para que puedas anticiparte a cualquier imprevisto.
5. Planifica tus salidas
Mientras más gente sea convocada a retornar a sus centros de trabajo o de estudio, el flujo vehicular irá en aumento, por ello, te recomendamos que planifiques tus salidas y así evites conducir estresado. Escucha el reporte de tráfico en la radio o echa mano de una app de navegación que te indique el tiempo estimado de traslado.
Tu seguridad y la de las personas que te rodean en el espacio público siempre es una prioridad. ¡Extrema precauciones en este tránsito hacia la Nueva Normalidad!