"Seremos intransigentes en la preservación de las plantas de Francia. Es una empresa mundial pero su raíz francesa es evidente, y seremos exigentes sobre este punto", aseguró Philippe en el Senado.
El semanario Le Canard Enchaîné asegura en su edición de este miércoles que la dirección planteará la próxima semana el cierre de cuatro plantas en Francia, entre ellas la emblemática de Flins, dentro de su plan estratégico.
Philippe aseguró que es prematuro valorar esas informaciones, y pidió que se aguarde a la presentación oficial del plan, prevista para el próximo día 28, pero indicó que en su condición de accionistas vigilarán que la empresa no pierda su carácter francés.
"Francia será el centro mundial para Renault de ingeniería, investigación, innovación, desarrollo. Es un elemento precioso para preparar el futuro", aseguró el primer ministro.
El jefe del gobierno mostró su oposición en especial a la planta de Flins, "que supone algo importante para la empresa y que debe ser, dentro de lo posible, preservado, porque es importante, porque está en Francia".
Philippe, que reconoció que Renault es una empresa global, aseguró que, sin embargo, debe tener "cierta responsabilidad a la hora de tener en cuenta las necesidades del país que le acoge y que, en cierta manera, le da vida".
El Estado francés es, con algo más del 15 por ciento del capital, el principal accionista de la marca del rombo.
El primer ministro admitió que en las circunstancias actuales, en las que la crisis sanitaria del coronavirus ha hundido las ventas del sector automotriz, Renault debe afrontar reformas, pero invitó a la empresa a hacerlo "con una estrategia ofensiva".
"El fabricante debe formular un plan no defensivo, sino ofensivo", aseguró Philippe, que recordó que, como otras empresas del sector, Renault debe adaptarse al coche eléctrico o a la reducción de gases contaminantes en un contexto muy competitivo.
Al tiempo, apeló a la empresa a reforzar la alianza que tiene con Nissan y con Mitsubishi, que consideró "un reto vital".