Para Maserati no era ésta su primera experiencia americana: ya al inicio de los años 30 Alfieri Maserati había sido invitado por los organizadores para asistir a alguna carrera en el continente americano. Más tarde, la cesión del paquete accionarial de la empresa al Grupo Orsi en mayo de 1937 permitió a los hermanos Maserati poder concentrarse en el desarrollo de nuevos vehículos de competición. La autoridad deportiva internacional del momento había establecido modificar el reglamento técnico para los vehículos de Gran Premio: a partir de 1938 se introducirían normas más restrictivas y la cilindrada dejaría de ser libre, regulándose en función del peso del vehículo hasta un máximo de 3000 cc para los motores con compresor. Ernesto Maserati, basándose en esta nueva normativa, apostó por el desarrollo y realización de un nuevo vehículo denominado 8CTF.
El chasis recuperaba la clásica estructura del monoplaza de la época, con dos largueros con secciones de acero y travesaños, un motor de 8 cilindros verticales en línea en dos grupos de 4 cilindros en un monobloque fundido con la culata, de ahí la sigla 8CTF: 8 cilindros, culata fija. La cilindrada era de 2991.4 cc, la relación de compresión de 6.5:1 y la alimentación era forzada, con dos carburadores y dos compresores volumétricos. La distribución era de dos válvulas por cilindro en V de 90° y dos árboles de levas en cabeza.
El Maserati 8CTF llegaba a Indianápolis tras haber participado en algunas carreras en 1938, donde ya había demostrado su gran potencial: el Conde Carlo Felice Trossi había conducido en cabeza algunas vueltas en el GP de Trípoli y había conseguido la pole position en la Copa Ciano.El mítico Luigi “Gigi” Villoresi había conseguido la vuelta rápida en la Copa Acerbo. Estos resultados habían atraído a diferentes clientes para solicitar la compra del vehículo. Fue así como Maserati cedió a la escudería estadounidense de Chicago - Boyle Racing Headquarters, propiedad del irlandés Michael Joseph “Mike” Boyle - un Maserati 8CTF. Boyle, apasionado de las carreras de coches desde pequeño, tenía como objetivo ganar la carrera más famosa de América, las 500 Millas de Indianápolis, con un vehículo financiado por él y gestionado por su escudería. Antes de comprar el Maserati 8CTF, Boyle había participado en diversas ediciones de la carrera con otros vehículos: Summers, Cooper, Smith, inscritos en cada caso como Boyle Products/Henning, Boyle Motor Products, IBEW Boyle Racing, pero siempre con escasa fortuna.
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Al principio del 1939 el team manager de los equipos de Boyle, Harry W. “Cotton” Henning, llegó a Bolonia para comprar en Maserati un ejemplar del 8CTF. El vehículo, una vez llegado a América, fue preparado para la carrera con ruedas incrementadas y neumáticos Firestone y se pintó con las líneas de color amaranto que caracterizaba al Boyle Racing Headquarters. Inscrito como “Boyle Special”, se confió la conducción a Warren Wilbur Shaw quien, el 30 de mayo de 1939, tras partir en el tercer lugar de la parrilla obtenido a casi 129 millas por hora ( unos 207.7 km/h), consiguió la victoria tras rodar 51 vueltas en cabeza después de una dura lucha con el Stevens-Winfield de Louis Meyer y el Adams-Sparks de Jimmy Snyder. Para Maserati se trataba de una victoria histórica, pues desde 1919 ningún vehículo europeo había vencido en el óvalo de Indiana.
El triunfo de 1939 otorgó gran notoriedad a Maserati en el plano internacional y en la posterior edición de las 500 Millas de Indianápolis, además del vehículo de Shaw, se inscribieron otros 3 ejemplares de la Casa del Tridente. Wilbur Shaw se impuso también en la edición de 1940, confirmando así la gran superioridad del 8CTF por su velocidad, fiabilidad en larga distancia y gran comportamiento en carretera. Estas victorias sobre la histórica pista estadounidense dieron un enorme prestigio a la Casa del Tridente, incrementado por el hecho de que en la postguerra los 8CTF, con colores típicos americanos, fueron protagonistas no solo en el óvalo de Indiana sino también en todas las pistas ovales de los Estados Unidos.
La extraordinaria carrera del 8CTF, una de las más largas y gloriosas que pueda jactarse un monoplaza de competición, terminó en 1950 después de que Bill Vulcanich no se clasificara en las 500 Millas de Indianápolis de ese año.
EL HVA (Historical Vehicle Association) de los Estados Unidos en el 2014 ha registrado al legendario Maserati 8CTF como primer automóvil no americano en entrar de forma permanente en los anales de la Biblioteca del Congreso USA. Registrado entre los “Standard for Heritage Documentation” del Ministerio de Interior, la documentación forma parte del NHVR (National Historic Vehicle Register) y del HAER (Historic American Engineering Record).
Uno de los tres ejemplares construidos, número de bastidor 3032, con el que Wilbur Shaw triunfó en las 500 Millas del 1939 y del 1940, ha sido rehabilitado con el diseño de aquellos días de gloria y está actualmente expuesto en el Indianapolis Speedway Museum.